Era fácil comprobarlo a primera hora de la mañana de este lunes. Tan solo había que esperar a que una hilera de coches entrara al Paseo de Fernández Iparraguirre desde Santo Domingo para atestiguar que, en efecto, la rejilla del aparcamiento subterráneo ya no suena al paso de los vehículos.
Se han necesitado cuatro días de obras y una incomprensible espera de más de una década para que el soniquete continuo dejara de acompañar a transeúntes y vecinos, día tras día, casi a cada instante. La obra ha corrido por cuenta de la concesionaria del aparcamiento.
La empresa que realizó las obras de mejora del respiradero del aparcamiento de Santo Domingo en Guadalajara tuvo que ampliar el corte de tráfico del Paseo Doctor Fernández Iparraguirre para garantizar la seguridad final de viandantes y vehículos hasta este domingo, 4 de agosto.
El motivo estaba en el mal estado de la estructura que sujetaba la rejilla del respiradero, mucho peor de lo estimado por la empresa. Por ello, durante las tareas de reparación han precisado profundizar más para reforzar los perfiles de sujeción y reforzar con más hormigón, cuyo fraguado requirió, por ello, más tiempo.