Fue un día de intensísimas lluvias aquel 18 de junio de 2023. El Barranco del Alamín, en esa tesitura, cumplió su función esencial, que es la de desaguar hasta el Henares todo lo que se pueda precipitar desde las alturas que rodean la ciudad, a través de los arroyos del Sotillo y de la Olmeda del Conde.
En aquella jornada la avenida del agua no implicó daños para las personas, como llegó a ocurrir otras veces. Pero los destrozos fueron notables en las balsas de agua, habitualmente tan tranquilas que lo complicado es que el agua corra y no se pudra.
La superficie que hay que reparar es de 23 hectáreas. Para ello se ha contemplado un presupuesto de 736.000 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses. Llevamos casi un año esperando este momento de que en el Ayuntamiento de Guadalajara se alcance el momento de tener el expediente completado y buscar adjudicatario, como ahora está sucediendo.
Con lenguaje técnico, la memoria que ha podido consultar LA CRÓNICA explica que «la situación actual se podría definir por el estado en el que se encuentran los encauzamientos definidos en los tramos urbanos de la población de Guadalajara. En la actualidad, la lámina de agua del Barranco del Alamín está construida por 40 vasos y 39 azudes, parte de los cuales se encuentran en mal estado, lo que provoca la pérdida del caudal que circula por ellos». Hasta ahí, todos de acuerdo porque no hay más que ir y ver para comprobarlo.
Los vasos están formados por losas de hormigón armado, impermeabilizados con lámina de PVC y con base de gravilla, «sección que en algunos tramos está totalmente destruida y para lo que es necesaria su rehabilitación», resaltan los técnicos.
Por otro lado, se requiere en el arroyo de la Olmeda del Conde la colocación de cerramiento metálico en una obra de fábrica de acceso al encauzamiento soterrado en el tramo urbano de dicho arroyo. Además, al final del tramo urbano del arroyo del Sotillo, está dañada la reja existente a cielo abierto, así como es notable la pérdida de material granular de recubrimiento de la tubería de PVC ubicada en el margen izquierdo del talud lateral, aguas abajo, y están deteriorados los taludes laterales, no encauzados, del tramo inicial en zona urbana.
En consecuencia, se rehabilitarán los trece vasos dañados, se mejorará la capa superficial de todos los azudes, así como la impermeabilización de toda la lámina fluvial. «Además, se instalará un sistema de control de caudales», se indica en el citado documento.