Las unciones de enfermos casi han duplicado a los bautizos en la provincia de Guadalajara en el año 2019, con 2.106 frente a 1.220. son una datos que reflejan fielmente la nueva situación de la Iglesia Católica en la sociedad y que desde la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara prefieren atribuir tanto al descenso de la natalidad como al envejecimiento de la población.
Los bautizos siguen reduciéndose en número, al igual que las comuniones (1.428 en 2019). Son datos contenidos en la memoria de actividades de la Diócesis, memoria que arroja también un balance de 569 confirmaciones y 268 matrimonios religiosos, una cifra esta última que sufre una bajada constante desde hace lustros.
Tres seminaristas
En cuanto al número de sacerdotes en activo son 149. Hay tres seminaristas. También se mantienen en la provincia 256 religiosos y religiosas, siete misioneros en diversos países del mundo y 840 catequistas. Todo ello para atender 469 parroquias y 11 monasterios, la mayoría en la zona rural. La diócesis cuenta con 45 Bienes inmuebles de Interés Cultural.
Desde hace casi una década no se han producido apenas ordenaciones sacerdotales porque «hay muy pocas vocaciones» como reconocen desde la Diócesis. algo que no ha atribuido solo a esta diócesis sino a todas en general. «Estamos estabilizados pero solo tenemos tres seminaristas y eso es muy poco», admite su responsable de Comunicación, Alfonso Olmos.
Creen que estos datos conllevarán un cambio en la pastoral asistencial en los pueblos «no tardando», con la vista puesta en que haya equipos de seglares que ayuden a los sacerdotes en las celebraciones y en la evangelización «porque si esta es la tendencia hoy, dentro de veinticinco años el relevo generacional será mínimo». «O vienen de fuera o el servicio tendrá que ser, claramente, de otra manera», apostilla Olmos.
Por lo que se refiere a la actividad asistencial, en 2019 y con el apoyo de cerca de 650 voluntarios de Cáritas y Manos Unidas se atendió a más de 6.000 personas directamente desde las Cáritas parroquiales y arciprestales, a unos 400 mayores en casa o en la Residencia Juan Pablo II de Alovera y a más de 4.000 ciudadanos en riesgo de exclusión social, además de repartirse unas 62.000 comidas.