Sacar a pasear al perro en Guadalajara tiene desde hace semanas consecuencias que van más allá de la propia convivencia feliz entre la mascota y su dueño. Un relajante paseo puede convertirse en un problema, con consecuencias para el bolsillo, si no se cumplen las más recientes exigencias de la normativa municipal y si, sobre todo, quien no recoge las heces o deja sin «regar» los orines del perro es visto en flagrante negligencia por los agentes de la Policía Local.
No portar botella de agua para limpiar orines puede ser multado con hasta 750 euros y la no recogida de las deyecciones de los perros, hasta con 3.000 euros.
Según ha podido confirmar LA CRÓNICA, el primer balance de la aplicación de estas medidas es de 328 personas informadas por la Policía Local en las labores estrictamente informativas de la campaña, que se desarrolló durante la primera mitad del pasado mes de marzo. A partir de ahí, y hasta el 31 de marzo, los agentes se han dirigido a 233 personas y de ellas, 60 han sido denunciadas, lo que les va a implicar sanciones de leves a muy graves. Entre las infracciones ha habido de todo: no llevar botella, no recoger los excrementos… e incluso llevar al perro suelto, que también se persigue.
Han pasado largos meses sin que las multas previstas se aplicaran. La tregua terminaba oficialmente el 16 de marzo, cuando los agentes de la Policía Local tenían indicación de empezaran a sancionar, por barrios.
Hace meses, la concejala de Seguridad, Pilar Sánchez, reconocía que en los últimos meses «el Ayuntamiento ha detectado un incremento considerable de heces o micciones de mascotas en la vía pública que no se limpian». Este hecho fue denunciado por LA CRÓNICA en un artículo que tuvo una amplia repercusión.
Pilar Sánchez concretaba entonces que desde el 6 al 15 de marzo la Policía Local informaría en la calle a los propietarios de perros de las obligaciones y deberes en relación a sus mascotas. Una vez pasado este plazo informativo, «va a perseguir y a sancionar (la Policía Local) a quienes omiten sus obligaciones y hacen que la ciudad esté menos limpia”. Esta segunda fase se lleva a cabo por barrios y de manera aleatoria.
La Policía Local pondrá especial atención en las personas que no recogen excrementos p que no portan la botella de agua que es obligatoria para limpiar los orines.
Un problema persistente
Fue hace casi un año, en abril de 2022, cuando el Ayuntamiento de Guadalajara ya planteó una campaña informativa para comunicar el cuadro de sanciones por el incivismo relacionado con los perros domésticos. No sirvió de mucho, a la vista de los resultados. Quien presentó la iniciativa en aquella ocasión fue el concejal de Limpieza y Servicios Municipales, Jaime Sanz, acompañado de Patricia Yebra, de la empresa Valoriza, responsable del contrato del Servicio de Limpieza Viaria y Recogida de Residuos en la capital alcarreña. El Ayuntamiento se comprometió a repartir 45.000 folletos para que ningún dueño de mascotas pudiera alegar ignorancia.
Hace un año, se consideraba que los barrios más afectados por los orines y los excrementos caninos eran Escritores, Las Ramblas y Las Cañas. En los últimos tiempos, toda la zona centro está asolada por esta suciedad.
En 2017 se calculaba que eran 11.000 los perros que vivían en la ciudad, que generaban 3.300 kilos de excrementos.