Ha pasado más de un lustro desde que fueron retirados por el Ayuntamiento, a finales de 2016, pero a muchos vecinos de Guadalajara todavía no se les han olvidado aquellos relojes repartidos por toda la ciudad, que te daban la hora y algo parecido a la temperatura ambiente.
Cuando apretaba el calor, los números se disparaban hasta extremos inimaginables, pero era difícil que la vista no se dirigiera hacia ellos… ni a su publicidad, que era lo más visible.
Fue precisamente eso, su uso como soporte para anuncios, lo que terminó provocando una pequeña polémica municipal, puesto que un concejal socialista que ya no lo es cayó en la cuenta de que la empresa adjudicataria llevaba más de 4 años con el contrato sin renovar, sin pagar tampoco el canon establecido y sí, en cambio, renovando y cobrando para su beneficio particular la publicidad de cada monoposte, un total de 15 para relojes y otros 3 para paneles informativos en los puntos más estratégicos de la capital.
Aquello acabó sin que la sangre, política, llegara al río y con los operarios retirando los relojes-termómetro de la calle, para nunca más volver.
A los técnicos municipales se les encargó un ambicioso y fallido proyecto, que ubicaba por todos los barrios muchos más de estos artilugios, pero nunca se encontró a la empresa que quisiera montarlos, en un mercado reducido a apenas dos multinacionales que, además, parecían estar sospechosamente bien avenidas.
Y, sin embargo, parece que han vuelto…
En los últimos días, algunos de los paneles que están habitualmente dedicados a indicar qué plazas quedan libres en los aparcamientos públicos se usan para dar la hora, con bastante precisión. Hasta donde ha podido conocer este diario, se trata de un paso más en el largo e inusitadamente complicado proceso para hacer que funcionen como deben estos artilugios.
La cosa ya se va demorando meses.
En febrero, por ejemplo, incapaces de mostrar las plazas vacantes en los parkings, se utilizaban para saludar, en inglés, a los conductores que pasaban camino del centro:
En fechas tan cercanas como el Domingo de Ramos, en alguno de ellos se ha querido intuir que volvían a su ser habitual, pero con una resolución tan baja que eran difícilmente legibles:
Desde el Ayuntamiento, fuentes municipales consultadas por LA CRÓNICA aseguran que la solución está próxima. Cuando llegue, daremos cuenta de ella a los lectores.
En Ciudad Real, tampoco… desde hace poco
Mientras, servirá de referencia lo ocurrido en Ciudad Real, donde hace apenas unas semanas han seguido el camino marcado por Guadalajara hace años: han retirado también los 11 relojes-termómetros que tenían en la capital manchega. A diferencia de lo ocurrido a orillas del Henares, han tardado menos en darse cuenta del nulo interés de la concesionaria por arreglarlos y en poco más de un año se ha rescindido el contrato, hasta su eliminación final.
