La última semana del mes de enero comienza en Guadalajara con una curiosa novedad. El Grupo Popular y los dos concejales de VOX van a actuar coordinadamente en el Ayuntamiento de Guadalajara, lo cual no siempre se ha visto ni en la capital alcarreña ni en otros ámbitos de la política nacional. La prueba tangible será a las once y media de la mañana, cuando comience una rueda de prensa conjunta para presentar la solicitud de un pleno extraordinario, firmada por ambas formaciones.
En la tarde del domingo, el silencio era la norma general si se les preguntaba desdee LA CRÓNICA tanto a PP como a Vox por el motivo de esta solicitud.
En realidad, más allá del tema escogido para plantear un pleno extraordinario (presumiblemente, exigir al alcalde que explique la actuación del gobierno municipal frente a la nevada por la borrasca «Filomena»), lo relevante es que el PP se acompañe de Vox, cuando los ocho concejales populares son suficientes para plantear esta iniciativa y hacer que prospere, por lo que dicta el reglamento del Pleno.
El alcalde no puede impedirlo
En su artículo 75, se aclara que «para instar la convocatoria y celebración de una sesión plenaria extraordinaria se presentará en el registro de Pleno solicitud firmada personalmente por la cuarta parte, al menos, del número legal de miembros de la corporación, en la que se razonen el asunto o asuntos que la motivan».
Dado que la corporación está integrada por 25 concejales, son 7 los exigibles. Al PP le basta y le sobra con sus 8 ediles, sin necesitar de los 2 de Vox.
El alcalde, Alberto Rojo, se verá obligado a fijar la sesión sin demorarla más de 15 días hábiles desde la presentación de la solicitud. Tampoco podrá «diluirla» incorporando el asunto propuesto al orden del día de un Pleno ordinario o de otro extraordinario con más asuntos.
Si el alcalde optase por no convocar el Pleno extraordinario, «quedará automáticamente convocado para el décimo día hábil siguiente al de la finalización de dicho plazo, a las doce horas», según establece la norma en vigor en el Ayuntamiento de Guadalajara.
Una herramienta ya utilizada por el PP en este mandato, desde la oposición
No es la primera vez que el Grupo Popular recurre a la facultad de plantear plenos extraordinarios desde que a mediados de 2019 volvió a la oposición.
En octubre de 2019, por ejemplo, el PP ya pidió en solitario un pleno de carácter extraordinario para la reprobación del alcalde de Guadalajara «por la falta de explicaciones en el caso de nepotismo en la contratación de personal eventual». Se trataba de la existencia de familiares de concejales de Ciudadanos que eran pagados, en su condición de asesores del partido naranja, por cuenta de las arcas municipales. Aquello se saldó parcialmente con una dimisión, aunque también con la permanencia en su cargo de la otra persona señalada.
Más reciente fue el pleno extraordinario del 31 de agosto de 2020. Ese día se pidió que el Ayuntamiento se enfrentara al Gobierno de la Nación, en plena polémica por el intento de apropiarse de los remanentes de tesorería de las corporaciones locales.