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30 octubre 2024
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Víctor Hernández gana la Copa Chenel

El domingo, frente al albaceteño Molina y con tres toros por delante para cada uno, lo que decidió fue la mano izquierda de Víctor Hernández.

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En la vida hay que tener mucha mano izquierda para salir airoso de los malos trances. Sobre el ruedo, la mano izquierda puede darte muchas tardes de triunfo para luego, con la derecha, firmar contratos en plazas de cada vez mayor relevancia. Es lo que ha pasado este domingo con Víctor Hernández, el torero de Los Santos de la Humosa criado taurinamente en Guadalajara, donde cuenta con una importante legión de seguidores.

Por alguna razón, quien más, quien menos, daba como muy probable que el joven diestro (con alternativa tomada en Alcalá en septiembre y confirmada el pasado San Isidro en Las Ventas) sería el triunfador de la Copa Chenel. Y así ha sido.

Este certamen, televisado por la autonómica madrileña, ya cuenta con un relevante plantel de figuras lanzadas o relanzadas, según fuera su situación previa en el escalafón. El último fue el siempre valeroso Isaac Fonseca, pero es que en ediciones previas reforzó el crédito de nombres como Francisco de Manuel y Fernando Adrián (con el que entrena habitualmente Hernández, por cierto). Con su triunfo en el certamen, se asegura un puesto en las corrida del 12 de Octubre en Madrid, una de las fechas importantes de la temporada.

La polémica, porque también la hubo, se fraguó en la final «a tres» de la víspera, cuando el madrileño/alcarreño superó en puntuación a Luis David Adame, aun no cortando ningún apéndice, sobre una oreja paseada por el mexicano que, aun así, se quedó fuera de la gran final. Las redes sociales se animaron durante horas por esa circunstancia.

El domingo, frente al albaceteño Molina y con tres toros por delante para cada uno, lo que decidió fue la mano izquierda de Víctor Hernández. Corto oreja en el primero y en el último de su lote pero, sobre todo, mostró su capacidad para el toreo fundamental, especialmente en el que hacía cuarto, de Baltasar Ibán, al que mató mal pero que fue sometido en sus embestidas por el temple que derrochó sobre el ruedo el diestro. Unas series al natural tan largas como aquellas de José Tomás.

Y dejemos ahí la comparación.


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