Lleno de no hay billetes este viernes en Casa Miguelín, sede actual del Cocido Taurino de Guadalajara al reclamo de la primera comparecencia en esa plaza gastronómica de Víctor Hernández, el matador de toros tan vinculado a Guadalajara.
El encuentro, además de para comprobar la buena salud de esta tertulia –llena de aficionados alcarreños e incluso llegados de otras provincias– sirvió para asaetear a preguntas al toricantano. También, para confirmar de primera mano que el diestro tuvo la ocasión reciente de compartir cartel en Madrid con Juan Ortega y la descartó, para una confirmación de alternativa que llegará cuando él mismo no la considere «prematura».
Y sirvió, de un modo muy emotivo, para recibir entre aplausos a Carla Otero, la novillera que ha estado convaleciente hasta hace bien poco de una dura cornada y que desató auténticas ovaciones en este foro, convertido por más de tres horas en peculiar coso taurino.
Yendo a lo más puramente noticioso, el cocido sirvió para atestiguar que, en efecto, la empresa de Madrid ofreció a Víctor Hernández entrar por Daniel Luque en la Feria de Otoño, tarde en la que habría confirmado alternativa en Madrid. Con insospechada intuición, el nuevo matador y quienes le aconsejan acertaron en la negativa, puesto que la terna completada finalmente por Damián Castaño junto con Juan Ortega y Pablo Aguado se estrelló el pasado 7 de octubre frente a un encierro de El Pilar infumable, que no dio opción ninguna al lucimiento. Tan sólo se vieron dos verónicas del oriundo de Checa, que aún se recuerdan.
El día a día de un torero
A los postres, y después de ser agasajado con varios regalos, Hernández tuvo que responder a tantas preguntas que hasta desgranó su día a día ahora que la próxima temporada aún está lejana, sin intención de cruzar el charco.
Cada jornada se parece a la anterior, con mucho toreo de salón y largas carreras o caminatas junto a uno de los toreros de moda en este 2023, Fernando Adrián. Madrileño y alcarreño de adopción completan su entrenamiento cotidiano con el repaso de vídeos, una opción cada vez más frecuente en el escalafón.
Han pasado muchos años desde que unas clases prácticas organizadas por José Antonio Cid «Jota» en Los Santos de la Humosa lo desataran todo. El crío que era entonces Víctor Hernández entrevió que esa era su pasión, encontró el apoyo firme del padre… y la oposición recelosa de la madre. A partir de ahí, la Escuela de Guadalajara se convirtió en una segunda casa, con Jesús de Alba y Ángel Puerta como sus primeros profesores.
Debutante con picadores en Sigüenza en 2018, si importante fue que ganase el «Zapato de Oro» de Arnedo o la veintena de paseíllos de 2021 que cimentaron su inconfundible estilo, el auténtico espaldarazo lo tuvo al salir por la puerta grande de Las Ventas en 2022, con dos orejas del mismo novillo, en el primer festejo de aquella temporada. Desde entonces, Víctor Hernández siempre ha cuajado buenas tardes en el coso madrileño, incluida su última como novillero, donde logró un apéndice en su primero.
Reciente aún su alternativa, el 1 de septiembre en Alcalá de Henares, y la gran tarde que echó en las pasadas Ferias, Hernández reconoce que no quiere «perder la inocencia de aquellos años» de aprendizaje para seguir luchando y llegar a ser algún día «un torero importante que ha venido de Guadalajara» donde, por cierto, encontró más amigos que rivales.
Como le definió Antonio Lafuente en una acertada introducción, el joven diestro lo tiene todo para ser «proyecto de figura del toreo» y un más que posible «motor de la afición de esta ciudad, que está dormida».
Vertical en su toreo, de poderosa caricia y mano baja al natural, predispuesto a pisar el terreno del toro cuando es necesario, el valor seco que derrocha en los ruedos se transformó en firme prudencia a la hora de responder a las preguntas de los presentes. Aun así, hubo quien consiguió comprometerle para mejorar en el capote, uno de sus puntos menos fuertes hasta ahora.
Confesó Víctor Hernández, en uno de los momentos de este animado encuentro en Guadalajara, que las dudas sobre su toreo y su trayectoria las resuelve paseando por la noche, a solas.
Pocas parecen ser las dudas del nuevo matador de toros en su incipiente andadura, con la cabeza tan ágil ante un astado como frente a la cordialidad inquisidora de un nutrido grupo de aficionados.
No salió a hombros, pero sí entre aplausos, como la admirada Carla.