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21 noviembre 2024
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«Vendían» chalés con piscina en Guadalajara por 400 euros

La Policía Nacional ha detenido a dos individuos en Guadalajara por cometer varios delitos relacionados con la okupación ilegal de viviendas. "Vendían" las viviendas okupadas a terceras personas por cantidades que rondaban los 400 euros. Y no paraban de hacer negocio.

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La Policía Nacional ha logrado la detención de dos individuos, pertenecientes ambos a una banda dedicada a la okupación ilegal de viviendas, así como a su «comercialización» posterior.

Las detenciones actuales son el colofón de una operación iniciada en agosto, cuando la Policía Nacional de Guadalajara llevó a cabo el desalojo de 6 personas que habían okupado una vivienda unifamiliar con piscina en un barrio de Guadalajara.

Actuación de la policía Nacional contra unos okupas en Guadalajara.
Actuación de la Policía Nacional contra unos okupas en Guadalajara.

Delincuentes pertinaces

Al día siguiente y tras el desahucio, llegaría un nuevo intento de okupación de otra vivienda por parte de esas mismas personas. Esta vez la Policía Nacional consiguió frustrarlo, identificar a los autores y dar cuenta de la identidad de los mismos a la Autoridad Judicial. Pero siguieron a lo suyo, que era manifiestamente ajeno.

A la noche siguiente se llevó a cabo la detención de uno de ellos por un delito de allanamiento de morada, puesto que había ocupado nuevamente otra vivienda, cuyos propietarios se encontraban en ese momento de vacaciones en un municipio de la provincia de Guadalajara.

El «facilitador», un hombre de 27 años

Las investigaciones posteriores permitieron identificar y detener en pocas horas a una segunda persona, un hombre de 27 años que fue identificado como el facilitador de la vivienda ocupada, al que se le imputan los delitos de allanamiento de morada y estafa.

El arrestado en esta última actuación policial resultó el cabecilla de un grupo dedicado a okupar viviendas, que después comercializaban: facilitaban el acceso a terceras personas, a las que cobraban cantidades que rondaban los 400 euros. Esta es una forma de actuar que se viene repitiendo con regularidad tanto en Guadalajara como en otras poblaciones cercanas y que está castigada, al menos en teoría, con penas de prisión una vez se les aplica el Código Penal.

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