Diputados del PSOE de Castilla-La Mancha que este miércoles ocuparán su escaño para el debate de investidura de Pedro Sánchez han coincidido en defender que lo que se vivirá en la Cámara Baja para intentar otorgar de nuevo la Presidencia al líder socialista será «una escenificación de los mecanismos democráticos».
Ha sido el diputado por Albacete Emilio Sáez quien ha indicado a Europa Press para LA CRÓNICA que «en este país democrático, gobierna quien concita más votos en el Congreso», y el PP, «por no querer poner un cordón sanitario a Vox, se ha puesto un cordón sanitario a sí mismo».
Por contra, considera que el PSOE «ha sido capaz de tejer alianzas con todos los partidos», a excepción de PP y Vox. «La política está para dar soluciones y nosotros trabajaremos para conseguir los proyectos que demandan Albacete y Castilla-La Mancha».
Más previsibles aún eran las declaraciones de la diputada por Toledo Milagros Tolón, sanchista declarada y enfrentada claramente a García-Page, la cual ha insistido en que «esto es democracia» y que del mismo modo que ella ganó las elecciones en Toledo pero aceptó que la suma de fuerzas de PP con Vox se hiciera con la Alcaldía de Toledo, ahora el PP tiene que asumir que no pueda gobernar.
«Ellos no asumen que no pueden gobernar y se buscan cualquier excusa para cuestionarnos. Ya se estaban repartiendo los cargos antes del 23 de julio, y ahora están provocando de forma constante y contribuyendo a que los ciudadanos cada vez más rechacen sus acciones y sus políticas», ha zanjado.
Sergio Gutiérrez, también diputado por Toledo y vicepresidente segundo del Gobierno regional, ha expresado de su lado que en el debate de investidura, «a pesar de los cantos de sirena al transfuguismo que ha hecho el PP», el PSOE «cumplirá con las reglas de la democracia».
«La gente que ha votado PSOE en la urna lo ha hecho para que en su nombre votemos al PSOE en el Congreso. Lo contrario es corrupción», ha afirmado.
Ese mismo martes, cuando sus compañeros en el Congreso se expresaban de esa manera, Alberto Rojo optaba por el silencio incluso en el pleno del Ayuntamiento de Guadalajara donde le instaron a pronunciarse.