En Guadalajara, tanto en la capital como en un buena parte de la provincia, si por algo es conocido Valdelcubo es por su pan. Es uno de los más apreciados por los muchos consumidores que saben trascender de las baguettes ultracongeladas de las gasolineras. Este pequeño pueblo, que no llega al medio centenar de vecinos, suena también en los ámbitos científicicos y en competencia, además, con el Extremo Oriente. Una historia muy curiosa, que reseñamos a continuación.
Mélani Berrocal Casero, investigadora postdoctoral del programa Margarita Salas, destinada en el Departamento de Geología, Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá, y miembro del Grupo de Investigación PaleoIbérica, coordinado por el profesor Fernando Barroso Barcenilla, ha dado este 2023 el hallazgo en el término municipal de Valdelcubo de un rastro del Triásico Medio (de hace unos 240 millones de años) compuesto por varias huellas fósiles de notosaurio.
El conjunto de huellas, clasificadas como aff. Dikoposichnus, corresponden al rastro subacuático de uno de estos tetrápodos nadadores, que tenían cierta flotabilidad en el agua y usaban sólo sus patas delanteras a modo de remos para impulsarse sobre el fondo marino y desplazarse hacia adelante.
«Las huellas encontradas en la provincia de Guadalajara, a diferencia de las asiáticas, contienen marcas de natación, con impresiones de uñas asociadas. Detrás de cada huella hay una elevación en la roca, que se corresponde con la elevación de sedimento que produjeron las patas delanteras de este animal tocando el fondo e impulsarse. Este hallazgo, añade nuevos datos al poco conocido estilo de locomoción de estos animales», explica Mélani.
¿Qué eran los notosaurios?
Los notosaurios eran unos reptiles marinos que habitaron los mares del Triásico. Estos animales, pertenecientes al Superorden Sauropterygia (como los más conocidos plesiosaurios), tenían un largo cuello y una cola alargada y podían desplazarse nadando por el agua. A pesar de que los sauropterigios fueron relativamente abundantes en los mares del pasado, encontrar sus huellas es extraordinariamente raro, siendo este hallazgo especialmente relevante para conocer dónde vivían y cómo era el estilo de locomoción de estos animales. De esta manera, España se convierte en el segundo país del mundo en el que se han registrado huellas subacuáticas de sauropterigios del Triásico, pues hasta este descubrimiento, sólo se conocían en dos yacimientos situados en el suroeste de China.