Sara Castellanos firma una amplia información en El Confidencial que, a buen seguro, no gustará nada a esos guadalajareños que no encuentran casi nada bueno en su ciudad. Ella, que asegura llevar 15 años en la capital alcarreña, es periodista y lo que ha escrito es toda una referencia de lo positivo que Guadalajara encierra y puede aportar a propios y extraños.
Destaca, en primer lugar, que Guadalajara es «una ciudad tranquila, «con numerosas zonas verdes, que guarda algunas gratas sorpresas para quienes quieran visitar monumentos con historia o comer productos gastronómicos típicos».
«No puedes perderte algunos de sus tesoros, bastante desconocidos aún por muchos. Entre ellos se encuentra el Palacio de los Duques del Infantado, uno de los imprescindibles de Guadalajara, construido en el siglo XV», explica la autora.
A partir de ahí, anima a conocer el Panteón de la Condesa de la Vega, «un lugar sorprendente que debes visitar preferentemente en un día soleado», la Capilla de Luis de Lucena, el Palacio de la Cotilla, la cripta de San Francisco o el apatio del Instituto Liceo Caracense, que fuera el antiguo Palacio de Don Antonio de Mendoza, o la Biblioteca del Palacio de Dávalos.
«El Paseo de San Roque o el Parque de la Concordia son ideales para tomar un helado o algo en una terraza con buen tiempo», apunta.
«Las Ferias de esta ciudad, que guarda otros restos como la Puerta de Bejanque o el Alcázar, se celebran en septiembre y es típico de aquí no solo la miel alcarreña, sino los bizcochos borrachos que puedes probar en algunas pastelerías» recuerda también.
Recomendamos una lectura atenta del artículo en su publicación de origen, para mejor valoración, porque también alude a la plaga de los solares.