Unos laboratorios en Azuqueca de Henares, en la provincia de Guadalajara, propiedad de Liconsa, pueden haber dado con la clave para dar respuesta clínica al COVID-19 de una forma eficaz. Según ha revelado este viernes uno de sus responsables, en presencia del presidente de Castilla-La Mancha, un antiparasitario producido en estas instalaciones ha demostrado su efectividad contra la enfermedad, según habrían demostrado ensayos clínicos realizados en Argentina y en España.
Incluso si la línea de trabajo más exitosa fuera la cloroquina, que es la que más viabilidad internacional ha tenido hasta ahora, en estos mismo laboratorios esperan poder empezar a producirla en apenas dos semanas.
Una tercera línea de trabajo en Liconsa, que pertenece a la multinacional Chemo, es el suero equino. Se consigue inyectando el virus en caballo, para aprovechar el plasma, una vez que el animal supera la enfermedad y queda inmunizado.
Las instalaciones del polígono de Miralcampo han servido en estos días incluso para apoyar otras investigaciones. Por ejemplo, a petición de las autoridades sanitarias españolas, Liconsa ha conseguido crear en solo dos días el producto placebo que se requería para un ensayo clínico en España.