Científicos del grupo de investigación en Toxicología de Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) –centro mixto de investigación dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), la Junta de Comunidades y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas–, en colaboración con el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal (IRIAF) de Castilla-La Mancha y la Subdirección General de Biodiversidad Terrestre y Marina del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, han revelado la existencia de casos de intoxicación clínica por plomo en 5 especies de rapaces en España.
Para tres de estas especies (el águila-azor perdicera, el azor común y el aguilucho lagunero occidental), es la primera vez que se documentan casos de intoxicación grave por ese metal. En total, hasta la fecha, la intoxicación por plomo ha sido detectada en España en 13 especies de aves rapaces, entre diurnas y nocturnas, ha informado la UCLM en un comunicado.
Los resultados del estudio muestran que el 10,5% de los buitres leonados, el 0,8% de los milanos reales, el 10,5% de las águilas reales y el 12,5% de los azores comunes analizados mediante monitorización pasiva mostraron niveles de plomo en hígado superiores a los 30 microgramos/gramo en peso seco, que son compatibles con una intoxicación clínica severa por plomo, que es potencialmente letal.
Por su parte, la monitorización activa mostró que el 33% de los quebrantahuesos, el 73% de los buitres leonados, el 17% de las águilas imperiales y el 6% de los milanos reales presentaron niveles de plomo en sangre superiores a los 20 microlitros/decilitro, correspondientes con una exposición por encima de los niveles considerados basales en aves y a partir de los cuales pueden empezar a aparecer efectos subletales.
Los resultados de este trabajo de investigación sitúan a la intoxicación por plomo entre las primeras causas de intoxicación en aves rapaces en España, representando un 8,1% de las intoxicaciones graves o letales confirmadas. Además, ambas formas de monitorización revelaron un efecto estacional de la exposición al plomo, que fue mayor al final de la temporada de caza general (finales de invierno y principio de primavera) a lo largo de los periodos temporales estudiados. Esto se debe, según los investigadores, a que, aunque las aves rapaces pueden estar expuestas al plomo a través de diversas fuentes, la ingestión de perdigones o restos de munición de ese metal constituye una fuente de exposición importante en rapaces con hábitos carroñeros o que depredan sobre especies cinegéticas.
Los autores del trabajo llaman la atención sobre el hecho de que en España el cambio hacia el uso de municiones de caza alternativas al plomo se ha limitado al cumplimiento de la prohibición de usar munición de este tipo en humedales protegidos desde 2001, así como a ciertas iniciativas para fomentar el uso voluntario de otros tipos de munición. Sin embargo, a la luz de estos resultados, la extensión del uso de municiones alternativas al plomo a todas las formas de caza podría contribuir positivamente a la conservación de las aves rapaces.