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22 noviembre 2024
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Una empresa de logística, denunciada

"Esta empresa ha seguido actuando igual, le salía a cuenta funcionar a base de fraude y explotación, aun corriendo el riesgo de afrontar una inspección y ser sancionada", destacan desde CCOO. La concatenación de contratos temporales de muy corta duración, y a veces intercalando fines de semana o festivos de baja para ahorrar salarios y cotizaciones a la Seguridad Social, "constituye un fraude de libro, y más tras la entrada en vigor de la Reforma Laboral", consideran desde el sindicato.

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No todo es oro ni buenas noticias en la logística. Con una frecuencia cada vez mayor, los sindicatos empiezan a denunciar situaciones que bordean la legalidad, cuando directamente no han ido más allá de lo que establece la norma. Esas sospechas son las que han movilizado a CCOO respecto a una empresa con centros de trabajo en Guadalajara y Toledo.

El referido sindicato ha denunciado ante la Inspección de Trabajo a Think Textil SLU. Se trata de una subcontrata de plataformas logísticas de cadenas de moda, de la que los lectores de LA CRÓNICA ya tenían referencia por su objetivo de manejar hasta 44 millones de prendas al año en una sola de sus instalaciones.

Lo que ahora destaca CCOO es que Think Textil estaría ofreciendo ahorro de costes para sus clientes «basado en el fraude en la contratación y en la explotación laboral pura y dura». Este diario contactó el pasado viernes con la empresa, que ha declinado hacer ninguna declaración hasta la remisión de una nota, que presumiblemente dará a conocer este lunes.

Según destacan desde la central sindical, 300 personas – en su mayoría, mujeres– se ocupan en las plataformas logísticas de la compañía en el Corredor del Henares del etiquetado, planchado, embolsado, costura y alarmado de prendas del grupo Inditex, que la subcontrata.

Todas están adscritas a la sede que tiene esta empresa en Alovera, si bien unas realizan sus tareas en la propia Alovera mientras que otras son destinadas a las plataformas de Inditex en Cabanillas del Campo y Meco.

«De todas ellas, unas 200 son eventuales, sometidas al igual que sus compañeras de Illescas a similares abusos y similares prácticas fraudulentas de contratación temporal», denuncia el secretario general de CCOO-Industria en Guadalajara, Eduardo Boga.

«Las otras cien tienen contratos indefinidos. Pero, salvo en unos pocos casos, no por voluntad de la empresa, sino a requerimiento de la Inspección de Trabajo. Porque previamente también ellas encadenaron decenas y decenas de contratos temporales, hasta que las denuncias de CCOO forzaron la actuación inspectora y la conversión de sus contratos en indefinidos».

CCOO lo considera «trabajo permanente»

Boga subraya que tanto la plantilla de Think Textil en Illescas como la de Alovera, incluidas en esta última las personas destinadas a Cabanillas y Meco, «realizan tareas productivas de carácter permanente, su trabajo es parte imprescindible de las cadenas de distribución de las prendas de moda».

De igual modo, resalta que la concatenación de contratos temporales de muy corta duración, y a veces intercalando fines de semana o festivos de baja para ahorrar salarios y cotizaciones a la Seguridad Social, «constituye un fraude de libro, y más tras la entrada en vigor de la Reforma Laboral».

«Ya lo era antes, por eso la Inspección de Trabajo de Guadalajara obligó a Think Textil a transformar en indefinidos más de medio centenar de contratos en 2019. Pero esta empresa ha seguido actuando igual, le salía a cuenta funcionar a base de fraude y explotación, aun corriendo el riesgo de afrontar una inspección y ser sancionada. Ahora, los límites a la contratación temporal son más estrictos y las sanciones, mucho más importantes», señala Boga.

«Pedimos a las Inspecciones de Trabajo que actúen con rapidez y con contundencia. El ‘modelo de negocio’ de Think Textil y su ofrecimiento de ‘ahorro de costes’ a las plataformas logísticas se basa en la explotación laboral pura y dura de sus trabajadores y trabajadoras, hay que poner fin a esta situación», recalca por su parte María Jesús Fernández, secretaria general de CCOO-Industria en Toledo.

El modelo se replica en Toledo

En cuanto a la plataforma de Illescas que ha encomendado el servicio de devoluciones con Think Textil SLU, apenas lleva operando ocho meses, «pero tanto la empresa logística como su cliente ya han tenido tiempo de conocer cómo funciona la subcontrata. Que se pregunten de dónde sale el ‘ahorro de costes’ que les oferta esta empresa», insiste.

Alrededor de quince mujeres trabajan para esta empresa en la plataforma logística contratada por una multinacional de la moda en Illescas, en la que Think Textil tiene subcontratado el servicio de devoluciones, denuncia el sindicato.

«Todas tienen contratos temporales, habitualmente semanales, de siete días ‘prorrogables’: a partir del séptimo, les rescinden el contrato en cualquier momento. En ocasiones, los contratos son lunes a viernes, para así ahorrase Think Textil el abono y cotización del descanso semanal», señalan.

«Nunca saben cuándo van a ser llamadas a trabajar, ni en qué condiciones. Las avisan de un día para otro y no les entregan copia de su contrato, que no pueden ni leer y ni siquiera llegan a firmar. Pueden ser contratadas por ‘circunstancias de la producción’, por ‘sustitución’, ‘por obra o servicio determinado’. A saber».

«Ellas sólo conocen a ciencia cierta el día en que son despedidas, se lo anuncian sobre la marcha; aunque a veces se enteran de la fecha concreta de su despido días después. Por ejemplo: si una trabajadora sufre un accidente o una enfermedad que le obligan a causar baja, la dirección de Think Textil le comunica que justo acabó su contrato el día en que inició la baja».

«Tampoco saben si su contrato es a jornada completa o a tiempo parcial. Para saber si tal o cual semana estuvieron contratadas a jornada completa o a tiempo parcial, tienen que entrar en la página web de la Seguridad Social y consultar su vida laboral. En la práctica, todas hacen las mismas horas, dependiendo del volumen puntual de actividad. Cuando se acumula el trabajo, diez horas diarias; cuando no, las envían a casa y las apuntan horas a deber, que tienen que realizar en cualquier momento, cuando las llamen, prolongando horarios o acudiendo a trabajar los sábados».

«No tienen vacaciones, esa palabra la utiliza la empresa para describir los días que transcurren entre un despido y el siguiente contrato temporal. Y otro despido y otro contrato, y otro, y otro, y así hasta decenas de ellos; a veces sin solución de continuidad, otras veces con un fin de semana o un festivo de por medio», concluye Fernández.

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