Agentes de la Guardia Civil en una operación conjunta con la Policía Nacional han detenido a 13 individuos por su presunta pertenencia a un grupo criminal altamente organizado, especializado en el robo con fuerza en naves y empresas. Han sido localizados y detenidos en Valencia, provincia donde habían dejado huella de su actividad, pero se ha podido acreditar su implicación en robos de empresas en Guadalajara, Toledo, Cuenca, Cantabria, Teruel, Granada, Burgos, Madrid y Sevilla.
Los arrestados residían en la Comunidad de Madrid cuando no desplazaban a otros puntos de España para perpetrar sus delitos.
Una vez identificado el grupo al completo, los agentes han procedido a la detención en dos fases de los integrantes: la primera, a mediados de mayo, cuando se ha detenido a 7 personas; la segunda fase, a principios de junio, con la detención de 6 miembros de este mismo grupo criminal y con la intervención de gran cantidad de dinero en efectivo y herramientas para la apertura de cajas fuertes.
A los detenidos se les imputan 28 hechos delictivos de robos con fuerza mediante butrón, falsificación de documento público y un delito de pertenencia a organización criminal.
«Trabajaban» de noche
Para acceder a las instalaciones, solían hacer uso de butrones (agujeros en las paredes o en el techo) y utilizaban medios técnicos para romper las cajas fuertes. Esta banda siempre actuaba en horario nocturno, con un «estricto» reparto de tareas: logística, quienes se dedicaban a la adquisición de documentos de identidad falsos o alquiler de vehículos, entre otras funciones; vigilancias, planificación, conducción y, por último, expertos dominadores de la técnica del «rififí» o butrón de acceso por el techo mediante métodos propios de escalada y rappel.
El «nivel de especialización» también se ha constatado por el uso de testaferros para el alquiler de los vehículos que utilizaban en los robos, la obtención de documentos falsificados para «facilitar la impunidad y obstaculizar la acción investigativa», la pericia en la inutilización de dispositivos de geolocalización en las furgonetas y camiones sustraídos de las empresas, así como la «extensa» red de receptadores para dar salida a las grandes cantidades de efectos que sustraían.
De entre los ocho robos que se imputan al grupo destacan dos perpetrados en empresas radicadas en localidades valencianas de Paterna y Xirivella, en los que la valoración de los efectos sustraídos, cigarrillos electrónicos y productos alimenticios respectivamente, ascendía a casi 700.000 euros.