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14 septiembre 2024
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Un viaje diferente al Muro de Berlín

Estamos de celebración, 35 años después de la caída del Muro de Berlín. No deja de ser curioso que, creado e impuesto como una frontera, se haya convertido en el paradigma de la libertad y del esfuerzo permanente para eliminar barreras entre los seres humanos. En este reportaje te damos todas las pistas necesarias para que te asomes al Muro más allá de los tópicos.

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Nos acercamos a un momento muy especial del año 2024, cuando Alemania se lance a celebrar como merece el 35º aniversario de la caída del Muro de Berlín. Todo girará alrededor del 9 de noviembre, por lo que conviene estar preparados e incluso viajar por anticipado. Tú eliges.

Si en LA CRÓNICA nos conformáramos con hace el periodismo que otros hacen, animar a los lectores a celebrar como se merece la caída del Muro de Berlín resultaría sumamente fácil: bastaría con facilitar el enlace a la web oficial o, si acaso un pulido ejercicio de copy paste, para presentar como propio un texto ajeno. Pero va a ser que no.

Dentro del respeto que tenemos al que se asoma por aquí, intentemos aprovechar esta conmemoración para (re)vivir lo que tuvo de dolor y de éxtasis esa barrera en medio de la capital germana.

Primero, y desde 1961, por lo que tenía de sometimiento físico de millones de personas, separadas con argumentos de hormigón.

Desde 1989, como prueba de que un mundo mejor es posible incluso en la lucha contra la tiranía.

Pero como de Berlín y su Muro se trata, mejor que nos encaminemos hacia lo más tangible, que son los restos del horror.

Para empezar, quizá, una buena decisión sea hacerlo por la puerta de Brandemburgo, que se levanta firme e indiferente a las oleadas de turistas que se fotografían ante ella y a todas horas.

Convertida en fanzone tumultuosa durante la pasada Eurocopa, el buen recuerdo que ese campeonato ha dejado para los españoles justifica sobradamente esta elección.

La Puerta de Brandenburgo, que durante décadas fue hito de separación se ha convertido, más aún durante la Eurocopa, en referencia para las celebraciones multitudinarias. (Foto von Moritz Eden / City-Press GmbH Bildagentur)

Pero, en realidad, ni ese punto de la ciudad ni el decorado hollywoodiense con el que se recuerda el Check Point Charlie tienen muchas veces más valor que el de un selfie.

Si quieres muro y tópicos, al menos elige la que han bautizado como East Side Gallery que grafitea 1.300 metros de Muro en Friedrichshain: allí es donde encontrarás el celebérrimo beso.

Tränenpalast

A los lectores de esta sección les puede cundir mucho más una visita a un pequeño museo, gratuito, que se encuentra a dos pasos de la estación de metro de Friedrichstrasse.

Se trata del Tränenpalast, reconvertido en el pequeño pero muy interesante museo de Reichstafuger 17 (cierra los lunes), con audioguía y folletos gratis y en español, como la propia entrada.

Como se comprueba en las fotografías adjuntas, lo que más sorprende –e incluso, lo que más impresiona– de este antiguo paso fronterizo es la cabina de control original que aún se conserva, en la que puedes ponerte en el mismo sitio de aquellos que querían pasar al Berlín occidental, mirando de reojo los espejos superiores con los que los guardias te revisaban de arriba a abajo, coronillas incluidas. Lo sórdido con pretensiones de modernidad en la Alemania comunista de los ochenta.

Bernauer Strasse

Sin dejar el centro, pero cogiendo el metro, llegamos a nuestro siguiente destino. Lo que hoy es una amplia vereda, durante décadas fue la franja de la muerte de la que no se salía vivo a causa, entre otras medidas de seguridad, de la gran torre de vigilancia que allí sigue.

Es un espacio para la reflexión este que te permite hoy caminar por el espacio vedado mientras existió el Muro, entre un cementerio marcado también por la separación y el edificio de un cercano centro de interpretación y visitantes (abierto de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas), que te facilita más datos y sirve también de atalaya para entender el conjunto.

A pie de calle, a pie de Muro, un gran panel con las fotos (¿130?) de los caídos por los disparos de los vopos estremece, al igual que la historia de la iglesia y su campanario que terminaron por ser dinamitados en 1985 y cuya peripecia se recuerda unos metros más allá. Es la capilla de la Reconciliación, una de las advocaciones más hermosas que uno puede imaginar.

El Muro en Potsdamer Platz y más allá

En los 28 años en que se mantuvo en pie el Muro de Berlín sirvió de frontera infranqueable no sólo en el centro de la capital sino en todo su perímetro, intentado aislar el Berlín occidental de la RDA.

Por eso, mucho más allá de los límites de ese centro histórico que es el Mitte, si descendemos hasta Potsdamer Platz encontraremos, allí mismo, un lienzo de muro de bastantes metros. El contrapunto lo dan los imponentes edificios de oficinas, señal de que los alemanes tienen la capacidad (y la experiencia) de levantarse tras las desgracias. Y la esperanza en el género humano, los cientos de obras expuestas en cercana Gemäldegalerie. Una buena lección.

Y siguiendo más al sur todavía, hasta la propia ciudad de Potsdamtiene LA CRÓNICA dos amplios reportajes escritos este mismo año– el viajero se da de bruces con el llamado Puente de los Espías, real como aquella vida de pesadilla, en el límite entre las dos Alemanias. Lo idílico del paisaje y su frondosidad es un guiño cargado de ironía

No deja de ser curioso que el Muro de Berlín, nacido como una frontera, se haya convertido en el paradigma de la libertad y del esfuerzo permanente para eliminar barreras entre los seres humanos.

El Muro ya no existe, pero está ahí, para recordarnos lo que significa. Y eso lo hace no sólo en Alemania, sino en sitios tan insospechados como Schengen, el pueblo de Luxemburgo que representa por antonomasia la Europa sin fronteras. E incluso en Madrid. ¿dónde? Búscalo, precisamente, en el Parque de Berlín.

Pero, por de pronto y más ahora que andamos de aniversario, búscalo precisamente en Berlín, con nuestros consejos quizá, paseando la ciudad, al encuentro de ti mismo y de la historia.



Más sobre el Muro de Berlín:

• Ya que no sabemos vivir sin teléfono móvil, un consejo práctico: la  aplicación ABOUT BERLIN de visitBerlin te facilita llevar todos los datos necesarios en el smartphone.

• Con más detalle y en la web, este enlace es un buen comienzo para planificar la visita.


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