Ha sido en Galápagos donde la Guardia Civil ha detenido a un sujeto, de 52 años de edad, al que se le considera autor de un delito de robo con violencia e intimidación cometido en una sucursal bancaria de la vecina localidad de Torrejón del Rey.
La historia se remonta al 20 de junio, cuando dos individuos cometieron un atraco en la sucursal bancaria de aquella localidad. Ese día, uno de los delincuentes llamó al timbre de la entidad, como si fuera un cliente normal. Una vez dentro, su compinche irrumpió en la oficina, enarbolando una pistola y utilizando un casco de motorista para ocultar el rostro.
Tras encañonar al empleado, la pareja de atracadores consiguió apoderarse de 3.000 euros en un suceso que hasta ahora no había trascendido. Otro atraco a punta de pistola se cometió en Torrejón del Rey en 2015.
La gran sorpresa: volvieron a la misma sucursal dos veces más
Por increíble que parezca, a los supuestos atracadores les gustó la experiencia y el botín y decidieron repetirla dos veces más a los pocos días… y en la misma oficina bancaria.
En efecto, en semanas posteriores, llevaron a cabo otras dos tentativas robo en la misma sucursal, utilizando idéntico procedimiento. Sin embargo, no consiguieron llevarse nada ante una mejor reacción de los empleados, que alertaron a la Guardia Civil. Y aun así, todavía no pudieron ser detenidos.
Tras analizar las cámaras de video vigilancia del banco y de las proximidades, los guardias civiles encargados de la investigación lograron obtener un perfil de los presuntos autores de los hechos. Días más tardes ya se tenía el posible domicilio de uno de los atracadores, en la urbanización «Montelar», de Galápagos.
El pasado 28 de julio fue cuando entraron en el chalet, aunque los detalles no se han podido conocer hasta este 22 de agosto.
Los agentes sólo pudieron detener a uno de los presuntos atracadores. En la vivienda había diversa munición e incluso las gafas con las que, según las imágenes disponibles, ocultaba su rostro para cometer los robos.