Este lunes, día 23 de enero, comienzan las obras para dotar de iluminación ornamental al puente árabe, dentro de un proyecto coordinado entre el Gobierno de Castilla-La Mancha y la Fundación Iberdrola España.
Por su parte, el Ayuntamiento de Guadalajara ejecutará nuevos trabajos de limpieza y desbroce en la ribera.
Para ambas actuaciones la Confederación Hidrográfica del Tajo ya ha concedido la correspondiente autorización.
La ejecución del proyecto, que ha supuesto la firma de un convenio entre el Ayuntamiento de Guadalajara, el Gobierno de Castilla-La Mancha y la Fundación Iberdrola España, lleva aparejada una inversión de 150.000 euros y durará, aproximadamente, un mes, «en función de las circunstancias climatológicas», según se puntualiza desde el Ayuntamiento de la capital.
Durante este tiempo, la circulación por el puente quedará limitada a la utilización de uno de los dos carriles con los que cuenta la calzada. En las inmediaciones, continúan las obras del sector que enlaza con la carretera de Marchamalo y la Estación, que viene condicionando desde hace tiempo el tráfico rodado en la zona.
Unas obras que llegan con retraso
El convenio entre la Fundación Iberdrola y el Ayuntamiento de Guadalajara se firmaba el pasado mes de abril. Y no se hacía en las Casas Consistoriales, sino en la Delegación de la Junta. Hace tres años se contemplaba ya la cesión de la titularidad de la infraestructura al Ayuntamiento, que por entonces aún no se había concretado.
Cuando se rubricó el documento, se daba por seguro que la obra estaría terminada dentro de 2022, aunque no haya sido así.
Fue en agosto de 2019, asomado al río Henares, cuando el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, anunciaba el compromiso del Gobierno regional de financiar, a lo largo de esta legislatura, la iluminación artística del puente. Un proyecto de acondicionamiento e iluminación artística «que pondrá más en valor por la noche lo que ya de día es una obra de arte», en palabras del presidente regional. Al final, lo pagará Iberdrola, al igual que hizo con la plaza Mayor de Sigüenza.
«Teníamos ganas de poner en valor este puente», indicaba García-Page aquel día, mientras reconocía también la carga simbólica que tiene, teniendo en cuenta que se comprometió a esta obra cuando era consejera de Fomento Elena de la Cruz.
La obra de reforma del puente le supuso a la Junta una inversión cercana al medio millón de euros. El consejero de Fomento, Nacho Hernando, reconocía que el puente «estaba realmente mal». Durante cuatro años estuvo cerrado al paso de peatones por ese motivo.
Entre lo terminado en 2019 estaban el tratamiento de las calas, reconstrucción de las costillas, las aceras y nueva pavimentación de la calzada y mejor iluminación. La que llega ahora será «ornamental».