Una vez más, la sala de exámenes de la Jefatura Provincial de Tráfico de Guadalajara ha sido escenario de un intento de fraude en los exámenes teóricos para el permiso de conducir. En este caso, la picaresca iba de la mano de la tecnología pero también de la osadía, por la incapacidad del examinando para expresarse mínimamente en español. Como ya ocurrido en ocasiones anteriores, desde el exterior un cómplice le facilitaba las respuestas.
El montaje fue descubierto por agentes del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Guadalajara, pertenecientes al Grupo de Investigación y Análisis del Tráfico (GIAT). Como acostumbran, realizaban labores de inspección y de control en los exámenes teóricos para la obtención del permiso de conducción de la clase B, en las aulas que la Jefatura Provincial de Tráfico de Guadalajara tiene en la calle Donantes de Sangre de la capital alcarreña.
En la última convocatoria de examen, observaron que un opositor mostraba «un extraño comportamiento», según fuentes de la Guardia Civil. Les infundió sospechas, aunque para no interferir en los exámenes del resto de los presentes, esperaron a que terminara la prueba para identificar a este sujeto.
Cuando lo hicieron, se encontraron con que esta persona, de 50 años de edad y de nacionalidad china, «no hablaba ni entendía el castellano». La siguiente sorpresa fue al hacerle un registro y comprobar que llevaba encima una cámara (alojada en un pequeño agujero de la cazadora) y un pinganillo, conectado a un teléfono móvil. Con todo este dispositivo, enviaba imágenes de las preguntas a otra persona. que se encontraba en el exterior y que era la que le facilitaba las respuestas del examen.