Un camionero ha sido detenido en la A-2. Esta vez no se trata de alguien que condujera pasado de copas, haciendo eses entre los carriles de la autovía. El asunto es relevante, puesto que hasta el momento de ser puesto a disposición judicial circulaba con 530 kilos de hachís, ocultos en el remolque.
Ni el hombre ni el vehículo pudieron ir más allá del kilómetro 73 de la A-2, a la altura de Torija. Allí, una patrulla de agentes de la Guardia Civil comprobó la matrícula del camión que acababa de pasar ante ellos y saltó una alarma: en las bases de datos de interés policial constaba una posible documentación sustraída de la cabeza tractora y del semirremolque.
En consecuencia, se dispusieron a interceptarlo en el polígono industrial de Torija, para identificar a su conductor y comprobar la documentación del vehículo.
Durante el registro todo aparentaba ser normal, con la caja del camión completamente vacía. Lo que no terminó de convencer a los agentes fue ver unas láminas metálicas, «colocadas de forma irregular», según destacan desde la Benemérita.
Ante estos indicios, levantaron las láminas y fue así como encontraron tres cubículos donde, a modo de doble fondo, se encontraban escondidos 53 paquetes de grandes dimensiones, a 10 kilos de peso cada uno, que contenían tabletas de hachís.
El conductor, un hombre de 43 años, ha sido detenido por la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (USECIC) de Guadalajara y el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga. Ahora deberá responder ante el juez por un presunto delito contra la salud pública, por tráfico de drogas.