Cuando visitamos El Bierzo descubrimos una comarca con una dilatada historia, un rico y variado patrimonio monumental, una deliciosa gastronomía y unos excelentes vinos. Pero El Bierzo también es naturaleza de bellos y sugerentes valles vertebrados por ríos jóvenes que han sido aprovechados para la instalación de playas fluviales, haciendo más llevaderos los calores estivales.
Numerosas son las instalaciones de este tipo que salpican la geografía berciana. Zonas de baño con aguas limpias, frescas y cristalinas, situadas muy cerca, o dentro de los cascos urbanos, pero todas ellas en un entorno natural privilegiado que hacen de El Bierzo un referente en este ámbito.
A los pies de la Sierra de Cienfuegos, concretamente en el Refugio de la Pesca a 1.548 metros de altitud nace el río Cúa. Antes de desembocar en el río Sil a la altura de Toral de los Vados sus aguas abastecen a las playas fluviales de Vega de Espinareda y Cacabelos.
Junto al puente romano de Vega de Espinareda, situada en la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses, se encuentra una de las zonas de baño más grande de El Bierzo y reclamo turístico durante los meses de verano. Construida a mediados de los años 70 presenta un entorno espectacular que se completa con el antiguo molino, actualmente restaurado y convertido en restaurante con una fantástica terraza junto al río. Además del puente romano anteriormente mencionado, es de obligada visita el Monasterio de San Andrés de Espinareda o las pinturas rupestres situadas en la vecina pedanía de Sésamo.
Junto al Camino de Santiago y muy cerca del albergue municipal de peregrinos se encuentra la playa fluvial de Cacabelos. Nos encontramos ante una de las primeras zonas de baño acondicionadas en la comarca que cuenta con una amplia zona de césped y numerosos árboles que garantizan la sombra, tan necesaria para soportar los calurosos meses estivales. En esta localidad recomendamos dar un agradable y tranquilo paseo desde la Ermita de San Roque, que nos lleva por la calle de Santa María hasta la iglesia del mismo nombre y acabar en el Santuario de las Angustias e impregnarnos del verdadero ambiente jacobeo. Y a medio camino hacer una parada en el M.AR.CA (Museo Arqueológico de Cacabelos), donde podremos recibir una interesante lección de historia sobre los asentamientos humanos en los albores de nuestra era, representados por el yacimiento romano de La Edrada y el prerromano de Castro Ventosa.
En la Campa de Fasgar, muy cerca Colinas del Campo de Martín Moro Toledano y a más de 2.000 metros de altitud, se encuentra el nacimiento del río Boeza que desemboca en el Sil en Ponferrada. De sus aguas se aprovechan las localidades de Igueña y La Ribera de Folgoso para ofrecernos dos maravillosas playas fluviales.
Igueña, municipio de montaña perteneciente a El Bierzo Alto, tiene en pleno casco urbano una envidiable zona de baño tanto por el enclave donde se encuentra como por la calidad de sus cristalinas aguas. Construida en el año 2009 cuenta entre sus instalaciones con un restaurante. Desde Igueña recomendamos hacer una visita a Colinas del Campo de Martín Moro Toledano, pequeño pueblo de largo nombre declarado Bien de Interés Turístico Cultural, para admirar su cuidada arquitectura popular.
Aguas limpias y cristalinas, una excelente zona verde y un inmejorable ambiente hacen de la playa fluvial de La Ribera de Folgoso uno de los lugares más bellos de todo El Bierzo. Inaugurada en 2017 es muy conocida en la comarca contando con barbacoas, además de zona de juego y de baño para los más pequeños. Desde aquí se pueden realizar diferentes excursiones para conocer el patrimonio religioso y civil, así como molinos, potros de herrar, bodegas subterráneas, lavaderos o lagares repartidos por los diferentes pueblos que componen el municipio.
El río Meruelo nace en la confluencia de los ríos Complugo y Carracedo y el arroyo de Prada. Río de poca longitud, sólo 12 kilómetros, vierte sus aguas al río Boeza en el embalse de Montearenas, después de discurrir por los municipios de Ponferrada y Molinaseca. Es este último precisamente el que aprovecha sus aguas para albergar su excelente playa fluvial.
La playa fluvial de Molinaseca es testigo del paso diario de los peregrinos que se dirigen a Santiago y que salvan el río a través de su puente medieval. Zona de baño muy demandada en los meses de verano, su proximidad al casco urbano de esta interesante y atractiva localidad nos ofrece la posibilidad de disfrutar de numerosos servicios. Es uno de los escenarios principales de la Fiesta del Agua que cada mes de agosto inunda las calles de Molinaseca.
Pasear por sus calles y plazas nos impregna a la vez de un ambiente medieval y jacobeo. Además del ya mencionado puente medieval de los peregrinos, en Molinaseca podemos admirar la Calle Real por la que discurre la ruta de peregrinación, la iglesia de San Nicolás de Bari, el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias, Las Puentes de Malpaso o la Talla de Kannon, la cual forma parte de la Ruta “Árboles Tallados en El Bierzo”.
Afluente del río Sil, el Burbia nace a 1.004 metros de altitud en las estribaciones de Peña Cuiña. Situado su nacimiento en la localidad de Vega de Espinareda, se encuentra dentro del área protegida conocida como Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses. En su camino hasta desembocar en el río Sil pasa por diferentes localidades como Villafranca del Bierzo, Corullón y Toral de los Vados que se nutren de sus aguas para regalarnos tres atractivas playas fluviales.
El río Burbia forma, a su paso por Villafranca del Bierzo, una fantástica zona de baño de aguas cristalinas y un poco frías, acondicionada con una cuidada zona de césped, unos márgenes cubiertos de hormigón y un agradable paseo paralelo al río, además de contar con un amplio aparcamiento. Y siguiendo su curso se nos abren de muchas rutas de senderismo que discurren entre bosques de ribera.
Villafranca del Bierzo, conocida como la “Pequeña Compostela” es uno de los lugares más emblemáticos del Camino de Santiago y goza de una gran riqueza histórica y patrimonial. En la villa podemos admirar diferentes templos religiosos como la iglesia de Santiago con la Puerta del Perdón (en la que los peregrinos que no puedan continuar pueden obtener la tan deseada “Compostela”), la iglesia de San Francisco con el mayor retablo mudéjar de noroeste peninsular, el convento de San Nicolás de Bari o la Colegiata de Santa María de Cluniaco. Construcciones civiles como el Palacio de los Marqueses de Villafranca o el Palacio del Obispo de Lérida, sin olvidarnos de la reconocida Calle del Agua, completan el magnífico catálogo de puntos de interés villafranquino.
La localidad de Corullón cuenta desde hace poco tiempo con una playa fluvial completamente acondicionada para el baño y plataformas para tomar el sol con comodidad, así como una parte de arena. Se completa con un merendero, un campo de futbol y un bar restaurante. Situado sobre un mirador natural desde el que se contempla el Valle del Burbia, Corullón tiene algunos de los monumentos más interesantes de la comarca berciana, como son las iglesias de San Esteban y San Miguel, auténticas joyas del románico y el Castillo. Además de aquí se pueden realizar diferentes rutas como la de “Los cerezos de San Juan”, “Los cerezos de San Martín”, famosas y deliciosas son las cerezas que en esta tierra se producen; la “Ruta Cumbre Peña do Seo” o la “Ruta del Castillo”.
Toral de los Vados acoge una de las playas fluviales más conocidas de la comarca y probablemente la que más servicios ofrece. Un lago artificial que se llena con las aguas del río, un merendero y una cafetería, pistas de voley-playa y mesas de ping pong, además de una piscina climatizada, sauna, restaurante y una amplio aparcamiento con capacidad para 80 vehículos. Estamos sin duda alguna ante una espectacular zona de recreo en la ribera del Burbia que se completa con merendero de mesas y bancos de piedra, servicio de cafetería, duchas y aseos, un circuito de tren de cinco pulgadas para los más pequeños y totalmente gratuito y un completo y moderno albergue municipal en un gran bungalow de madera que se integra totalmente con el paisaje. Toral de los Vados invita a realizar diferentes rutas de senderismo como la “del Couto”, “entre Castaños” o la “del Perouchín” que nos llevará hasta el pueblo de Otero donde podremos admirar un magnífico ejemplar de encina conocido como “Xardon de Perouchín”
En las laderas del Puerto del Portelo, a 1.068 metros de altitud, nace el río Balboa que baña los municipios de Balboa y Vega de Valcarce, antes de desembocar en el Valcarce en Ambasmestas.
En el mismo centro de la localidad encontramos la playa fluvial que presenta unas instalaciones muy cuidadas. Lugar muy concurrido durante los meses de verano en el que se llevan a cabo diferentes actividades culturales como el “Reggaeboa”, festival que cada año reúne a números amantes de este estilo musical y a público en general que busca es pasárselo bien. Muchos son los atractivos de Balboa, como el castillo o la iglesia de Santa Marina, pero por encima de todo, lo que más destaca es el maravillo entorno natural en el que se encuentra esta pequeña localidad y algunos ejemplos, cuidadosamente restaurados de arquitectura popular como las Pallozas de Balboa, la Palloza de Chis o la Palloza Casa de Lamas en el cercano pueblo de Canteixeira, además de los hórreos repartidos por los diferentes pueblos que forman el municipio o el Molino del Agüita situado en Quintela y reconvertido en establecimiento hostelero.
La playa fluvial de San Facundo es el único caso de todas las zonas de baño de El Bierzo en que sus aguas no provienen de un río, en este caso en concreto es el Arroyo del Rial el que suministra el caudal necesario para dar forma a esta bella playa fluvial. Situada a la entrada del pueblo, presenta unas aguas limpias y cristalinas, además de un cuidado césped y un restaurante-bar con una magnífica terraza de verano. San Facundo destaca por su arquitectura popular formada por casas blasonadas y viviendas realizadas con recios muros de piedra, galerías de madera y cubiertas de tradicional pizarra, llamando poderosamente la atención el excelente estado de conversación de su molino.
En el municipio lucense de Folgoso do Courel, cerca de la cima del monte Formigueiros y a 1.500 metros de altitud tiene su nacimiento el río Selmo y se adentra en la comarca berciana por los municipios de Oencia y Sobrado hasta su desembocadura en el Sil muy cerca de La Barosa. A su paso por el municipio de Sobrado forma dos magníficas playas fluviales. Denominador común de la mayor parte de los ríos bercianos son sus limpias aguas, y en Sobrado no iba a ser una excepción. Se trata de una pequeña playa pero cargada de encanto debido a los abruptos y hermosos paisajes que la rodean. Tierra ésta de castaños y deliciosas truchas que se pueden degustar en el restaurante situado junto a la zona de baño.
Río Selmo abajo y muy cerca de la desembocadura se encuentra la segunda playa fluvial, la de Friera. Playa de frescas y nítidas aguas, de reducidas dimensiones pero muy agradable y con un entorno impoluto que invita a realizar diferentes excursiones.
Y es que el mayor reclamo que tiene el municipio de Sobrado es el que le proporciona la propia naturaleza. Profundo valle rodeado de huertos, árboles frutales y bosques de castaños, abedules, hayas o robles que dan cobijo a diferentes especies como el lobo, el zorro, la nutria, el tejón o el corzo conformando un bello paisaje natural.
En El Pozo o Lago de Cuiña, muy cerca de la cumbre del Pico Cuiña y a casi 2.000 metros de altitud nace el río Ancares. Con veinte kilómetros de longitud llega al final de su viaje en la localidad de San Pedro de Olleros, donde incorpora sus aguas al río Cúa. A su paso por San Martín de Moreda, en el municipio de Vega de Espinareda, forma una pequeña pero a la vez tranquila playa fluvial ideal para aquellos que buscan más privacidad. Cuenta con una amplia zona verde que nos ofrece unas maravillosas vistas de las espectaculares montañas de El Bierzo y de las que podemos disfrutar mientras nos damos un refrescante baño. El pueblo cuenta con dos casas rurales desde las que podemos realizar diferentes excursiones para disfrutar de la exuberante naturaleza de este bello rincón de la geografía berciana.
El río Valcarce nace como arroyo de Lamas en el puerto lucense de Piedrafita de Cebreiro, a más de 1.200 metros de altitud. Desde su nacimiento hasta que vierte sus aguas al Burbía en Vilafranca del Bierzo recorre un total de 30 kilómetros en los que va sembrando la orografía berciana de hermosos rincones.
Una de las playas fluviales más antiguas de El Bierzo es la del pueblo jacobeo de Trabadelo, que dispone de amplias zonas verdes a ambos lados del río y altos árboles que proporcionan una refrescante sombra, todo ello completado con un bar que ofrece los servicios necesarios.
Municipio marcado por el paso del Camino de Santiago, en los diferentes pueblos que lo forman podemos disfrutar de interesantes recursos patrimoniales y naturales. Iglesias, restos romanos, un hospital de peregrinos y una antigua cárcel, explotaciones mineras de la Ramallosa y Outiñas, fuentes, un molino de agua en funcionamiento, hórreos, una forja tradicional, así como sotos o bosques de castaños y robles o el punto de observación de Los Cáscaros dan forma al amplio catálogo de posibilidades que Trabadelo ofrece al visitante.
Pero la oferta “costera” de El Bierzo no se limita únicamente a los ríos, también lagos y pantanos ofrecen la posibilidad de sobrellevar los calurosos días de verano y de realizar otras actividades como la pesca o el piragüismo.
El Lago de Carucedo, vestigio de las explotaciones auríferas romanas que se llevaron a cabo en toda esta zona y formado por las aguas utilizadas en la actividad minera, tiene cuatro kilómetros de perímetro y dispone de una gran playa fluvial de aguas templadas, una amplia pradera, un merendero y zonas diseñadas para la práctica de actividades deportivas, convirtiéndolo en el sitio ideal para el disfrute de familias con niños. Es además Espacio Natural Protegido como Reserva Ornitológica, por lo que abundan diferentes especies de aves. Por proximidad, merece la pena realizar una escapada para visitar las minas de oro de Las Médulas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO o descubrir los diferentes castros prerromanos y una domus romana que se encuentran repartidos por los alrededores del yacimiento.
Y para finalizar este amplio repaso por las zonas de baño de la comarca de El Bierzo nos acercamos hasta el Pantano de Bárcena, lugar de recreo muy demandado por los ponferradinos, así como por los habitantes de poblaciones cercanas como Cubillos del Sil o Congosto. Cuenta con unas magníficas instalaciones en las que encontraremos un amplio aparcamiento, barbacoas y mesas que nos proporcionaran todo tipo de comodidades. Después de un relajante y refrescante baño podemos acercarnos hasta la ciudad de Ponferrada para admirar su rico y variado patrimonio como es el Castillo de los Templarios, la Basílica de la Encina, la Torre del Reloj, la Plaza Mayor con el edificio del Ayuntamiento o visitar alguno de sus museos. Y por supuesto pasear por su casco antiguo y degustar su deliciosa gastronomía con un vino de los que en esta tierra se elaboran.