Un día después de quedar oficialmente abierta al tráfico la desdoblada calle de Ramón y Cajal, los obreros seguían allí. Aun siendo festivo local, por ser el día de la Patrona de la ciudad, una cuadrilla se afanaba en alguna de las muchas tareas aún pendientes en el acerado de esa vía.
Este miércoles, día 7 de septiembre, a las diez de la mañana, quedaba oficialmente abierto al tráfico rodado el doble sentido en la circulación de este tramo de la calle Santiago Ramón y Cajal, tras casi medio año de obras.
La calle se ha desdobla entre la glorieta de Bejanque y la calle Pedro Pascual, con un doble sentido en la circulación que el Ayuntamiento que pretende «para aliviar la presión del tráfico a las calles Doctor Creus y Santander», según se insiste desde el Ayuntamiento.
Falta de material en las aceras
«La obra del doble sentido en la calzada lleva finalizada varias semanas, en espera de que la empresa constructora reciba ejemplares de la misma baldosa existente en toda la vía para completar las aceras», según admiten desde el Ayuntamiento, como explicación del actual estado del pavimento, que combina cemento con baldosas recicladas.
La provisión de este material acumula ya varias semanas de retraso «debido a la crisis de suministros», argumentan, por lo que, de manera provisional, las aceras están siendo rematadas con mortero con la previsión de que en los próximos días puedan instalarse las baldosas definitivas, «no retrasando la necesaria apertura de este doble sentido, a las puertas del inicio del curso escolar».
De hecho, serán los conductores que dejen a sus hijos en Maristas y «Francesas» los máximos beneficiarios de esta obra, pues ya no tendrán que dirigirse forzosamente hacia el Infantado, sino que también podrán desviarse hacia Bejanque.
