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20 noviembre 2024
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Todos los acusados por el incendio de Chiloeches han declarado ya

Las declaraciones de los acusados en el juicio por el incendio registrado en la planta de residuos de Chiloeches en 2016, la posible trama criminal que se aprovechaba de esa deficiente gestión, han terminado.  Este miércoles se ha procedido a los interrogatorios del maquinista y del peón de descarga del Grupo Layna. Este jueves comienza el turno de los testigos.

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Desde que se iniciara la vista oral por el incendio de Chiloeches han pasado por el banquillo un total de 21 acusados (18 personas físicas y los representantes de tres empresas). Entre ellos ha estado el peón de descarga en la planta alquilada por el Grupo Layna en Chiloeches, Ramón P.C, acusado de participación en grupo criminal y de un delito de gestión peligrosa de residuos, con una petición de penas de cuatro años y un día de cárcel

En su declaración, en la que han salido a la luz algunas contradicciones con respecto a lo que manifestó en la fase de instrucción, el acusado ha sido tajante al afirmar que él no tomaba decisiones sino que su trabajo se limitaba a cargar y descargar. «Nosotros no teníamos ni voz ni voto ahí», y ha asegurado igualmente que por sus manos «no pasaba ningún papel» sobre los residuos que venían ni que salían de la planta.

Ha desmentido que él tuviera alguna responsabilidad en la planta y, al igual que su predecesor en la declaración, el maquinista Mario S.L., ha asegurado no saber lo que llegaba y ha subrayado en varias ocasiones que él no tomaba decisiones sino que recibía órdenes de uno de los hermanos del Grupo Layna, concretamente de Manuel Layna.

La planta, llena a rebosar

En su testimonio también ha reseñado que llegó un momento en el que la planta estaba tan llena de residuos que tuvieron que dejar los contenedores «alrededor» de la nave y que, incluso, cuando se hinchaban por el calor, los destapaban «un poco» para que salieran «el aire y los vapores» y luego los tapaban de nuevo.

Sin embargo, ha apuntado que los lodos se descargaban «atrás» y que luego los camiones salían vacíos, algo que luego ha matizado al afirmar que no se veía lo que había porque todo estaba cubierto con lonas.

En todo caso, ha admitido que en el tiempo en que trabajó con el Grupo Layna en Chiloeches, desde noviembre de 2015 hasta la finalización del contrato, entraban y salían muchos camiones. «Allí llegaba de todo: escombro, poda..», tanto en camiones pequeños que no sabe de quiénes eran como en bañeras de Layna que venían a cargar, cayendo en reiteradas ocasiones en contradicciones con respecto a lo manifestado durante la instrucción, en función de quien le preguntara.

Un interrogatorio en el que el acusado ha puesto también de manifiesto que llegó un momento en el que entraba tanto residuo en la planta que, como no cabían, los dejaban fuera por orden de Manuel Layna y pese a que el dueño de Kuk, Francisco F., le había dicho que ahí no los dejase. Sin embargo, ha precisado que tras manifestarle esto a Manuel, su respuesta después fue que siguiera descargando. «No te preocupes que ya está arreglado», le habría dicho.

«Yo solo descargaba y cargaba camiones con Layna», ha insistido tras precisar que él nunca realizó analíticas de residuos y que cuando comenzó a trabajar con Kuk tras finalizar su contrato con Layna la carga de entrada de camiones se redujo hasta el 20% con respecto a lo que había antes, y en cuanto a la salida de camiones ha indicado que se redujo «a casi nada o nada».

«No veía ni lo que salía ni lo que entraba porque entraban y salían con una lona», ha apostillado tras insistir en todo momento en que su jefe era Manuel Layna, que era el que le daba órdenes. «Nosotros descargábamos los camiones que veían fuera pero no veíamos lo que había ni donde iban». «Nosotros no teníamos potestad para nada»; ha incidido tras añadir que por sus manos no pasaba ninguna documentación ni él daba órdenes a nadie ni mezclaba nada.

Descargando sobre el jefe

«El me mandaba y yo obedecía», ha reseñado en referencia a Manuel Layna al ser preguntado por el letrado que lleva su defensa, declaración en la que ha asegurado no haber percibido en ningún momento ningún beneficio al margen de su nómina, así como que nunca fue consciente de la posibilidad de estar cometiendo algún delito. «No sé por qué me ponen en un grupo criminal, cómo me pueden hacer responsable de algo que estaba ya. No entiendo por qué estoy aquí», ha añadido.

Por su parte, su predecesor en prestar declaración, Mario S.L., para quien la Fiscalía pide la misma pena que para Ramón por similares delitos, también ha aseverado que siempre actuó por orden de Manuel Layna, que era quien le daba las instrucciones de como cargar los residuos.

Así, ha confirmado que desde enero de 2016 él mezclaba los lodos de celulosa con los escombros. Ha apuntado que en su trabajo siempre actuaba por orden de Layna mientras que en la fase de instrucción apuntó que «alguna vez» recibía órdenes de Ramón P. Una declaración en la que también se han apercibido ciertas contradicciones o imprecisiones.

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