Con lo importante que es el uso de las nuevas tecnologías y lo que cuesta aplicarlas… bien.
Solicitar las citas previas para el médico (o médica) de cabecera mediante el ordenador o el smartphone nunca ha dejado de ser útil, cómodo y adecuado, salvo que se prefiera charlar un rato con alguna persona humana, por vía telefónica o de cuerpo presente en el centro de salud, para concertarla.
Lo que ha podido comprobar este chismorreador es que el actual sistema no vale para apresurados con fundamentos tecnológicos.
Si se elige la opción de «añadir la cita al calendario», efectivamente parece que se puede. La web del SESCAM descarga un fichero con extensión ics, que es la que corresponde para que la agenda del Outlook lo incorpore automáticamente. Después de insistir un poco, realmente lo hace… pero fijando la cita con dos horas de retraso sobre la real, la aceptada y seleccionada por el paciente, correctamente mostrada en la pantalla pero erróneamente anotada por el sistema en la agenda.
Tal cual. Un desfase horario como si en vez de en España estuviéramos en las Azores, en medio del Atlántico.
Otra cuestión peliaguda es que el tiempo que se establece por defecto para la cita es de 10 minutos, mondos y lirondos. La consulta express, por la vía de lo institucional.
Así que, ojito y atentos: mejor apuntarlo a mano o, incluso, en el papel de toda la vida, todo bien revisadito.
¿Ningún responsable se habrá dado cuenta todavía? Si es así, que se enteren.