Desde finales de 2022 viene informando LA CRÓNICA de los planes del Ayuntamiento para reducir las plazas de aparcamiento en superficie en algunas de las calles más transitadas del centro de Guadalajara, como Miguel de Cervantes y Travesía de Santo Domingo.
Da igual que quien gobierne sea el PSOE o el PP, con Ciudadanos o con Vox, porque el empeño se mantiene, justificado con el argumento de que no hay que perder los fondos europeos comprometidos en ello. Y, de paso, incluyendo el asunto en las obras en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que aún no se aplica.
En realidad, el proyecto engloba también la Plaza de la Virgen de la Antigua y la calle Ángel Martín Puebla. En todas ellas, las plazas de aparcamiento libre, como en todo el resto de la ZBE pasarán al olvido y las azules y rojas se reducirán drásticamente en su conjunto. En algunos casos, hasta casi desaparecer.
La novedad más inmediata es que ya hay empresa: Urvios Construcción y Servicios SL, que se ha quedado con el encargo por 1.538.453 euros, IVA incluido. La reducción sobre el presupuesto base de licitación, de 1.999.608 euros, ha sido sustancial.
Para concluir los trabajos, el adjudicatario dispondrá de un año desde su inicio. Habrá que confiar en que haya más celeridad en la ejecución que en el proceso de adjudicación, puesto que las ofertas se recibieron en el Ayuntamiento en abril de 2023.
Curiosamente, estas obras no fueron presentadas en Guadalajara, sino en Toledo, en un acto de ámbito regional presidido por Emiliano García-Page cuando todavía ejercía como alcalde de la capital alcarreña Alberto Rojo. En el Palacio de Fuensalida se habló ya entonces del «acondicionamiento urbano» de la calle Miguel de Cervantes, la travesía de Santo Domingo, la plaza Virgen de la Antigua y la calle Ángel Martín Puebla, una mejora en el «alma del centro más histórico» de la ciudad.
¿Qué es lo que se va a hacer en estas calles?
Una vez realizado lo acordado, el pavimento será único y al mismo nivel, sin distinciones entre acera y calzada. Llevará aparejada una zona de carga y descarga de mercancías, «itinerarios accesibles para peatones», la eliminación de zonas de aparcamiento en rotación (que actualmente están sometidas a zona azul y zona roja, gestionadas por una contrata del Ayuntamiento) y la plantación de especies vegetales.
Se ha proyectado la renovación del pavimento en la totalidad de las aceras y zonas estanciales de la calle Cervantes con baldosa de granito de 60×40 y menores. En la travesía de Santo Domingo, se realizarán actuaciones puntuales en zonas deterioradas y en las baldosas en la que existen bolardos, una vez se retiren todos. En los vados de garajes, el tipo de pavimento previsto es adoquín de granito de color negro.
En la delimitación entre la acera y la calzada, y de los distintos elementos que conforman las vías, se colocará una canaleta recta o curva de granito.
Toda la calzada será levantada. La nueva se ejecutará con «pavimento pavimento bicomponente continuo en frío, de absorción de impactos y ruidos al tránsito rodado, con protección fotocatalítica, resistentes a los rayos UV y a los agentes atmosféricos, disminución de NOx ambiental , constituido por gránulos de caucho seleccionado, áridos silíceos, aditivos orgánicos y pigmentos y polioles como ligantes», según consta en la memoria técnica.
Quitarán las plazas de aparcamiento, incluso en zona azul o roja
La consecuencia más directa la sufrirán, cuando todo termine, los conductores, que perderán un buen número de plazas de aparcamiento, tanto en zona azul (en rotación) como en zona roja, que es la que está reservada a los residentes, que también pagan por ello una cantidad al año. Mientras duren los trabajos, afectarán por igual a conductores, peatones, pacientes del centro de salud y a los clientes de la hostelería y el comercio de la zona.
La primera vez que se habló de esto fue el 16 de febrero de 2022 en la mesa de movilidad del Ayuntamiento de Guadalajara. Ahí ya se vio que el proyecto suponía eliminar las 8 plazas de aparcamiento de la travesía de Santo Domingo, las 10 de residentes y las 10 de zona azul de la calle Cervantes y todas las que rodean al Mercado de Abastos, tanto azules como rojas.
En el informe de movilidad redactado se llega a afirmar, textualmente, que se trata de «calles que tienen poco tráfico por las que no circula el servicio de transporte público regular de autobuses». Unos cientos de folios más allá, los que realizaron el pasado verano alguna catas arqueológicas preliminares en la calle Cervantes aceleraron todo lo que pudieron el encargo para no interrumpir «el tráfico por un período de tiempo inasumible en una de las arterias que vertebran la circulación en el casco urbano de Guadalajara». Disparidad de criterios.
Ese mismo equipo que levantó parte del suelo en varios puntos estima que «no es necesaria la aplicación de ninguna medida correctora de carácter arqueológico o patrimonial posterior a la emisión de este informe, dado además el poco impacto que tendrá la remodelación sobre el subsuelo de la calle Cervantes». Allí fue, recordemos, donde hace años y en la obra para levantar una vivienda aparecieron los restos del «ataifor» medieval al que tanta relevancia histórica se le ha concedido.