Desde el mediodía del jueves, los que paseaban por el centro de Guadalajara se han encontrado con un inesperado motivo de conversación. De repente, como siempre suceden esta cosas, se ha venido abajo el recubrimiento del techo de los soportales del Registro, en plena Plaza Mayor. Los cascotes, que dan idea del susto que ha provocado a los que estaban presentes, no han causado daños personales.
El servicio en el Registro, que ocupa un edificio levantado hace no demasiados años y anexo a las Casas Consistoriales, se ha seguido prestando, con las limitaciones propias de la pandemia, pero esta vez y provisionalmente con acceso desde el portal del Ayuntamiento.
Siguen las grietas en el salón de plenos
Estos daños se suman a otros muy anteriores y que quedan fuera de la vista de los vecinos, en el salón de plenos. Allí, desde hace años, las goteras y las grietas deslucen ese espacio. Se está a la espera que se haga efectiva la partida presupuestaria para la reparación, según han confirmado fuentes municipales a LA CRÓNICA.