El profesor de Expresión Gráfica Arquitectónica de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Alcalá, Antonio Miguel Trallero, nos habla de la importancia del poblado de Villaflores y advierte de la necesidad de una rápida intervención antes de que desaparezca para siempre este caserío de finales del siglo XIX que se encuentra cerca de la ciudad de Guadalajara y cuyo arquitecto fue el importante Ricardo Velázquez Bosco.
– ¿Qué es el poblado de Villaflores?
– Con el nombre de Villaflores se conoce a unos terrenos situados en el término municipal de Guadalajara de los que existen referencias desde el siglo XIV. Estaban formados por praderas, barrancos para pastos, montes de encinas y terrenos de labor que contaban con unas construcciones vinculadas a su explotación. Estos terrenos fueron comprados en el año 1886 por Doña Diega Desmaissiéres y Sevillano para convertirlos en una modélica colonia agrícola, para lo que contó con el Arquitecto Ricardo Velázquez Bosco quien, junto a alguna construcción preexistente, levantó un conjunto conocido como Poblado de Villaflores. Está formado fundamentalmente por un edificio principal destinado a viviendas y usos agrícolas, un conjunto de viviendas pareadas, un recinto delimitado con una valla en el que se sitúa la capilla, un gran palomar, bodega, almacenes y un aljibe que, a pesar de su indudable interés arquitectónico, se encuentra en un estado de ruina y total abandono.
– ¿Cuál es su importancia arquitectónica?
– Ricardo Velázquez Bosco fue el arquitecto responsable de la construcción de este conjunto. Velázquez Bosco desarrolló su actividad profesional trabajando principalmente al servicio de la Administración, participando en la restauración de edificios tan emblemáticos como la Catedral de Burgos, la Mezquita de Córdoba, Medina Azahara o la Alhambra de Granada y proyectando otros como el del Ministerio de Fomento, la Escuela de Minas o los palacios de Cristal y Velázquez del Retiro.
Su dedicación a la Administración hizo que su obra para clientes particulares no sea muy numerosa. Entre estos se encontraba la Duquesa de Sevillano para la que proyectó el Palacio de Dicastillo en Navarra y varias obras en Guadalajara como son su palacio en la ciudad, su Fundación, un impresionante conjunto en el que destaca su Panteón Familiar, los Colegios y la Iglesia dedicada a su tía Santa maría Micaela y también el Poblado agrícola de Villaflores que, debido a sus características, es el más desconocido.
El edificio principal del poblado de Villaflores es una gran construcción de planta cuadrada y dos alturas que deja en su centro un patio en el que existe otra construcción también de planta cuadrada.
El edificio situado en el centro del patio tiene una cubierta a cuatro aguas que descansa sobre un gran pilar central circular realizado con fábrica de ladrillo.
El palomar es sin duda el elemento más llamativo del conjunto. Está formado por dos cilindros concéntricos, el exterior cubierto por medio de una cubierta plana y el interior que cuenta con una planta más, que se remata por medio de una cúpula semiesférica.
Además, el conjunto cuenta con cuatro bloques de planta cuadrada y dos alturas de viviendas pareadas alineados formando un arco.
La Capilla del Poblado tiene una planta rectangular con otro rectángulo adosado en su frente que sirve de atrio y otro en su parte posterior que sirve de sacristía. Su construcción es similar al del resto de las edificaciones del conjunto, con muros de piedra caliza entre rafas e hiladas de ladrillo rojo. En la fachada principal, las rafas de ladrillo están compuestas como pilastras sobre las que descansa un frontón clásico que a su vez está rematado por una espadaña campanario. Interiormente contaba con una bóveda tabicada de cañón con lunetos y sobre ella una estructura de par-hilera para la cubierta. A los pies había un coro alto al que se accedía por una escalera de caracol.
Muy interesante es también su bodega en la que destaca su interesante estructura de madera de su primera nave y las bóvedas de ladrillo de sus caños.
El conjunto lo completa unas naves-almacenes que siguen la misma tipología y también un interesante Aljibe que estaba cubierto por medio de una estructura formada por cerchas metálicas en estrella, formando un octógono.
– ¿En qué condiciones se encuentra actualmente?
– La situación en la que se encuentra este interesante conjunto arquitectónico es de total abandono, estando sometido a continuos actos vandálicos.
El vigente Plan General de Ordenación Urbana de Guadalajara lo incluye en su Catálogo de Edificios de interés Cultural, Histórico, Artístico, Arquitectónico y Ambiental y cuenta, como ya se ha indicado, con la declaración de Bien de Interés Cultural, lo que no ha servido para frenar su proceso de destrucción. Está incluido en la “Lista Roja del Patrimonio” de “Hispania Nostra” y en 2016 se produjo el ya comentado hundimiento del gran frontón de la fachada del Edificio Principal y parte de su estructura, fecha desde la que ha seguido evolucionando negativamente su estado.
Desde un punto de vista urbanístico, los terrenos sobre los que se encuentra están clasificados como Suelo Urbanizable, con excepción de una pequeña porción, en la que se encuentra el Aljibe, que está clasificada como Suelo Rústico.
En 2008 se aprobó el Plan Parcial del Sector en el que se encuentra este conjunto. Del proyecto de reparcelación redactado, resultaron dos parcelas diferentes para el conjunto, una de titularidad privada en la que se encuentra el edificio principal, y otra de titularidad pública en la que están el resto de los edificios, una división que no favorece una posible actuación con un tratamiento unitario para todo el conjunto.
Por otro lado, La declaración de Conjunto Histórico determinó la obligación de redactar un Plan Especial de Protección incluyendo entre otros, un catálogo de todos los elementos significativos definiendo sus valores y tipos de actuación, un estudio histórico y los criterios relativos a las actuaciones que puedan llevarse a cabo. Este documento fue redactado en el año 2017 y en la actualidad su tramitación se encuentra paralizada, sin que se hayan tomado ninguna medida tendente a frenar su deterioro.
– ¿Cómo se puede revertir esta situación?
– Considero que el primer paso que se tiene que dar es continuar y finalizar la tramitación del Plan Especial y adoptar las medidas que la legislación permite para evitar su total pérdida, teniendo en cuenta que, aunque pudieran recuperarse los volúmenes edificatorios e incluso su configuración arquitectónica, por desgracia, sus característicos sistemas constructivos con sus estructuras de madera de par-hilera, sus jabalcones, las soluciones estructurales metálicas, sus ‘novedosos’ materiales de acabados, sus elementos agrícolas y etnográficos… están prácticamente perdidos.