La sanguina es una variedad de uva tinta, localizada en 2006 y que tiene prácticamente su último reducto en Cendejas del Padrastro, en la provincia de Guadalajara. De ella solo existen cuatro cepas aquí, aunque se ha localizado alguna otra también también en Cataluña. Ese es el curioso dato que se ha incluido en la no menos curiosa relación de las ocho variedades de vid autóctona salvadas en los últimos cinco años. Ha sido posible gracias a los trabajos de investigación llevados a cabo por la Junta de Comunidades.
Horche y Mandayona también pueden estar de enhorabuena, gracias a la castellana blanca. Esta variedad, blanca como su propio nombre indica, aparecía citada por el ampelógrafo García de los Salmones en una obra clásica, de 1914. Se ha localizado en puntos dispersos por toda la geografía regional, como son Horche y Mandayona, en la provincia de Guadalajara pero también en Pozohondo (Albacete); Velada y Hormigos, en la provincia de Toledo y Socuéllamos, en Ciudad Real. El investigador García de los Salmones fue uno de los autores que indagó de forma más exhaustiva las variedades cultivadas en la época. Elaboró extensos listados con las denominaciones de las variedades cultivadas en cada una de las provincias de lo que hoy es Castilla-La Mancha.
Más variedades
Otras cinco variedades (Churriago, Moribel, Albillo Dorado, Tinto Fragoso y Montonera) ya se encuentran en el registro nacional. Se han iniciado los trámites para que sanguina, la castellana blanca y también la maquías, puedan incluirse en el catálogo de variedades comerciales del Ministerio de Agricultura. La maquías se localizó en una sola parcela de viña en Velada (Toledo) y es la única de esta variedad que se ha encontrado por ahora en España.
La labor de investigación se realiza en todos estos casos a través del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal (IRIAF) y que se complementa con la posterior autorización para su cultivo.