A la una de la tarde del 10 de agosto de 2020 comenzó, según el dato preciso aportado por una lectora de LA CRÓNICA, el corte de agua que desde entonces ha venido complicando la existencia a los habitantes estivales de Cortes de Tajuña. Este pequeño pueblo, pedanía de Alcolea del Pinar y próximo a Luzaga, acoge en estos momentos una población que multiplica por 100 los apenas 20 vecinos que allí están empadronados. El problema está en vías de solución, pero con complicaciones incluso insólitas por las características del problema.
El caserío es surtido de agua potable por la Mancomunidad Tajo-Dulce, que tiene su sede en Torremocha del Pinar. No habían surgido problemas con el servicio, hasta el punto que el pueblo carecía actualmente de depósito de agua en uso. Así ha permanecido los últimos años, lo que impedía esta semana que la Diputación suministrara con cubas y de emergencia el líquido elemento, por falta de un espacio donde almacenarlo.
Según fuentes de la Corporación provincial consultadas por LA CRÓNICA, en las últimas horas se ha ultimado la limpieza del depósito municipal que estaba en desuso. De hecho, para este miércoles se contaba con el aporte de tres cisternas de la Diputación, enviadas a lo largo de la jornada a este pueblo, a unos 80 kilómetros de la capital.
La carencia del suministro ha sido total, especialmente en la parte alta del pueblo, por la falta de presión ocasionada por la avería. Durante este tiempo, los vecinos tenían como única alternativa un pilón de agua sin tratar y utilizado para los más variados fines, no sólo para el suministro de agua de boca.