El servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Guadalajara ha aplicado una nueva técnica, pionera en la región, para el tratamiento de la colitis pseudomembranosa, un tipo de diarrea asociada al empleo de antibióticos, que tiene gran tendencia a repetirse en los pacientes ancianos y relativamente frecuente en el medio hospitalario.
Para ello, se ha procedido a realizar un trasplante de microbiota fecal procedente de un familiar, una técnica que ha implicado a los servicios de Microbiología, Digestivo y Farmacia, y en la que han contado, según ha destacado la geriatra Teresa Pareja Sierra, con la colaboración por parte de especialistas del Hospital Ramón y Cajal, centro con experiencia en esta técnica, ha informado la Junta en nota de prensa.
'Clostridium Difficile' es una bacteria intestinal que produce diarrea debido a la aniquilación de la flora intestinal habitual en pacientes que toman antibióticos para tratar distintas infecciones. El daño a la microbiota intestinal favorece que prolifere esta bacteria, lo que causa una infección intestinal potencialmente grave que se manifiesta con diarrea.
Las personas mayores con otras patologías, a menudo con desnutrición y múltiples tratamientos farmacológicos, tienen mayor riesgo de padecer esta afección, que además tiene un gran porcentaje de recaídas.
Se trata, según ha señalado Teresa Pareja, de una infección cada vez más frecuente. En los últimos años, se han detectado cepas especialmente agresivas, resistentes a los tratamientos habituales. En el caso que se ha tratado en el Hospital de Guadalajara, la paciente había recibido ya varios ciclos de tratamiento antibiótico específico sin poder evitar la reaparición de las diarreas.
Por ello, dado que la literatura científica avala ampliamente la eficacia del trasplante de materia fecal en estos pacientes y que tiene un alto índice de éxito con un solo procedimiento, se planteó la posibilidad de llevar a cabo este trasplante, con el fin de reponer la flora intestinal de la paciente y mejorar el proceso de base.
Para ello, contaron con el apoyo de Rosa del Campo, microbióloga del hospital Ramón y Cajal, y el jefe de Gastroenterología de dicho centro, Antonio López San Román, quienes asesoraron a los profesionales del hospital guadalajareño sobre los protocolos a seguir para la preparación de donante y receptor, procesamiento de la muestra, administración mediante colonoscopia y cuidados generales.
Se realizó un estudio de salud digestiva para garantizar que el donante tenía una flora intestinal normal y descartar posibles infecciones. Una vez analizada, la muestra es procesada por los servicios de Microbiología y Farmacia Hospitalaria, y finalmente se administró a la paciente mediante una colonoscopia.
La respuesta al trasplante, ha indicado la doctora Pareja, ha sido favorable al resolver la diarrea y mejorar la distensión y dolor abdominal de la paciente. Asimismo, "se observaron otros beneficios al actuar sobre otras infecciones que presentaba, en concreto infección urinaria por gérmenes multirresistentes".
Este tratamiento ha ofrecido excelentes resultados allí donde se ha puesto en práctica, "mejor que los fármacos, siendo inocuo y efectivo con sólo un procedimiento". Por este motivo, "es una técnica coste-efectiva que se podría ofertar a pacientes de Guadalajara y otros centros de la región", siendo fundamental la adecuada selección de los casos en los que este tratamiento está indicado.
Teresa Pareja, que ha valorado la colaboración demostrada por los familiares de la paciente, ha subrayado que la técnica es "pionera en el hospital y en la región y un ejemplo de colaboración multidisciplinar", a la vez que alude a la importancia del uso adecuado de los antibióticos, principales causantes de esta patología, y del cumplimiento de los protocolos de tratamientos para la diarrea asociada a 'Clostridium Difficile', así como las adecuadas medidas de aislamiento de contacto para evitar el riesgo de recidiva o reaparición de la enfermedad y su diseminación.
El trasplante de microbiota es una técnica especialmente indicada para pacientes geriátricos, por ser más frágiles y propensos a complicaciones y recidivas. Este tipo de tratamiento debe plantearse, concluye, ante el segundo fracaso de tratamiento específico en paciente con alto riesgo de recaídas.