En España estamos de lleno desde hace días en la Cuaresma, consecuencia de haber enterrado la sardina y haber asumido que el Miércoles de Ceniza fue el 22 de febrero. Hasta dentro de un año, nada que hacer. No ocurre lo mismo en todos los países. En Valonia, la región francófona de Bélgica, están alargando las fiestas carnavalescas todo el mes de marzo. Y no lo hacen por novedad, sino por tradición.
Aunque el Carnaval al modo valón haya cambiado con el paso del tiempo, sigue siendo parte importante de la cultura de la región y se sigue celebrando a día de hoy. Al igual que en España, las celebraciones comenzaron en febrero, pero aún les duran para las próximas semanas.
Durante este tiempo, los participantes se ponen disfraces y máscaras y participan en un amplio abanico de actividades. Destaca especialmente el cortejo de carrozas y personajes que se mueven por las calles, motivo de orgullo para muchos visitantes y vecinos. Además, muchas ciudades y pueblos ofrecen delicias y bebidas culinarias especiales, así como una variedad de actuaciones musicales y bailes, que ayudan a hacer del Carnaval de Valonia algo muy especial.
Stavelot: la fiesta también es para los monjes
A principios del siglo XVI, el príncipe Abbott prohibió que los monjes participasen en las fiestas locales. Para protestar, los habitantes de Stavelot se disfrazaron con una túnica blanca, capucha y máscara, de forma que nadie podía reconocerlos. De este modo, los monjes podrían disfrutar de los carnavales sin que el abad lo supiera. Este año, estas procesiones tienen lugar del 18 al 20 de marzo.
Welkenraedt y 100 carrozas
Alemania no queda lejos… y se nota. El carnaval del Laetare, celebrado en Welkenraedt el día 19 de marzo, responde a la tradición de los grandes carnavales renanos. La principal atracción de este carnaval es la gran cabalgata donde más de 100 carrozas y grupos desfilan por las calles. Estas fiestas se clausuran el mismo día por la noche con un gran baile en la Place des Combattants.
Andenne y el porqué de los osos de peluche
Según cuenta la leyenda, un 19 de marzo de hace más de mil años, en la población de Andenne, un niño de nueve años venció a un oso que aterraba a la población. Desde entonces, tras ser elegidos los reyes del Carnaval, estos van al ayuntamiento y desde el balcón arrojan osos de peluche a sus vecinos.
Fosses-la-Ville: música atronadora
El Carnaval de los Chinelos tiene lugar también el 19 de marzo, en Fosses-la-Ville. Cada año de 200 a 300 chinelos maravillan con sus disfraces, sus danzas y sus costumbres centenarias. El corazón del desfile late al ritmo de estrepitosos tambores y de las músicas interpretadas por los Pierrots músicos.
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