Hay gente p’a tó, como ya sentenció en su día el «Guerra», famoso torero. Un ejemplo preclaro acaba de darse en Guadalajara, donde por caradura o por despiste un individuo no pasó desapercibido ante los ojos de la Guardia Civil.
Esta persona no tuvo mejor ocurrencia que desplazarse hasta las pistas de la Jefatura Provincial de Tráfico en la capital alcarreña conduciendo su propio coche.
No habría sido grave de no haberlo hecho, precisamente, para examinarse e intentar recuperar los puntos del carnet, después de haberlos perdido todos.
Agentes de la Guardia Civil se hicieron cargo de la situación, pasando el osado conductor a la condición de «investigado». Quizá más perplejos estos que aquel.