A sus cuatro años, Thiago no tenía muy claro que era eso de plantar un árbol. Así que el sábado acudió con sus padres al bosque de Valdenazar listo para vivir una aventura alucinante. Allí había mucha gente en torno a una pila de estacas, herramientas de varios tamaños y un montón de tallos enraizados que los mayores llamaban ‘cepellón’. En fila india, el grupo se adentró en el monte hasta llegar a un regato de agua. Y allí se armó la marimorena. Fue cuando el que llevaba la voz cantante invitó al gentío a localizar los hoyos excavados en la margen derecha del arroyo Valdarachas en los que había que meter aquellas varillas. En uno de ellos, Thiago eligió el que iba a ser el primer árbol que plantaría en su vida. De hacer más hondo el agujero se encargó su padre Javier, en el que introdujo un ejemplar de sauce. Con ayuda de su madre Merche hizo uso de la azada, que pesaba lo suyo y manejó con cuidado. Tras una opípara comida, a las seis de la tarde Thiago ya estaba en la cama. Agotado pero contento porque se sentía importante: había plantado sus primeros árboles. A los que verá crecer.
Cerca de un centenar de personas respondieron este sábado a la llamada del Ayuntamiento de Yebes para conmemorar el Día del Árbol. Que en esta séptima edición se trasladó a dos zonas verdes de este municipio. Por la mañana en el bosque de Valdenazar, donde los participantes plantaron 14 olmos resistentes a la grafiosis y donados por el Ministerio de Agricultura, que fueron protegidos con ayuda de trancas y mallas metálicas para evitar que sean ramoneados y dañados con la cornamenta por los corzos y herbívoros que pacen en este parque forestal. Y no fue la única acción. En las márgenes del arroyo Valdarachas se sembraron también veinte chopos y quince sauces para potenciar y aumentar la biodiversidad de este bosque de ribera. Ya por la tarde la cita era en el Parque de la Tirolina de Yebes, donde los asistentes a esta jornada lúdica, festiva y ecológica plantaron 25 encinas y 15 almendros, especies autóctonas y resistentes a la dura climatología de este hábitat característico de La Alcarria.
Con la colaboración de la Asociación ‘Micorriza’, en esta cita anual se quiso concienciar a los vecinos de la importancia de conservar los bosques que pueblan este municipio. Así como de la trascendencia que tienen las especies autóctonas para la supervivencia de los ecosistemas naturales. “Unos valores que muchas madres y padres de Yebes y Valdeluz quisieron inculcar a sus hijos”, aprecia Vidal Gaitán, edil de Medio Ambiente. Hoy en día no es posible concebir el bienestar de la sociedad sin un legado como los árboles, que se transmite de generación en generación y que “son parte del patrimonio histórico y social de todos los vecinos”. Una masa boscosa de la magnitud de Valdenazar reduce la contaminación por partículas en torno a un 15% y la del suelo en más de un 40%, además de suavizar la temperatura y regular la humedad relativa del aire.
Esta actuación es la primera de un conjunto de medidas que están recogidas en el Plan de Gestión del bosque de Valdenazar, un “ambicioso proyecto” que se llevará a efecto en el decurso de los próximos años y que “hará posible la regeneración de este hermoso y privilegiado paraje natural”, en palabras de Vidal Gaitán, concejal de Medio Ambiente. Por ello, el Ayuntamiento de Yebes aprecia el gesto que este sábado tuvieron muchos progenitores de acudir a esta convocatoria en compañía de sus hijos, “para que entiendan y aprecien el valor paisajístico, de preservación medioambiental y ecológico de este paraje”. En ese prolijo y exhaustivo documento de casi 160 páginas se establecen los elementos clave para la gestión de Valdenazar, así como los objetivos y medidas concretas de conservación y control, y la regulación de usos y actividades. Un espacio natural para el que se propone la figura de protección conocida como ‘refugio de fauna’ para salvaguardar las especies cinegéticas que pueblan Valdenazar del ejercicio de la caza.
De la importancia de defender las especies autóctonas frente a las invasivas habla bien a las claras la detención del ailanto, un árbol que coloniza la cubierta vegetal y que se estableció en este bosque cuyo avance se ha logrado controlar y frenar gracias a las Jornadas de Voluntariado que se organizan cada año. En la última edición celebrada en febrero se arrancaron y destruyeron menos plantones y de tamaño inferior que en años anteriores debido, en gran medida, a la continuidad en las tareas de limpieza y arranque. “Y gracias a que el método utilizado consiste en destoconar este arbusto desde la raíz y no mediante la tala del tronco”, explica Rafael Marco, miembro de la Asociación ‘Micorriza’, que incide en la importancia de estos satisfactorios resultados teniendo en cuenta que “hemos conseguido debilitar año tras año el brote de esta planta sin hacer uso de herbicidas ni insecticidas”.
El Día del Árbol se ha celebrado de forma ininterrumpida en este municipio desde 2013 y, gracias a este evento y a los programas de plantación y repoblación de arbolado llevados a cabo por la Concejalía de Medio Ambiente, en estos últimos ocho años se han plantado más de dos millares de ejemplares de distintas especies, en zonas ajardinadas, parques, superficies arbóreas y entornos urbanos.
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