Ha vuelto a suceder: unas desaprensivas han utilizado engaños para introducirse en el domicilio de una anciana y, una vez dentro, arramblar con lo que de más valor han encontrado. El montante de lo robado es cuantioso: 3.000 euros en metálico más el valor de las joyas que pudieron localizar y llevarse.
El suceso no ha ocurrido esta vez en la capital, como ya ha sucedido otras veces, sino en una pequeña pedanía de Sigüenza. Hasta allí se desplazaron dos mujeres jóvenes, que se presentaron como potencialmente interesadas en comprar una casa en ese pueblo, Pelegrina, muy próxima al domicilio de la víctima.
Con esa excusa, las jóvenes accedieron a la casa y, en cuanto se las apañaron para que la anciana las dejara solas un momento, consumaron el robo, que fue denunciado el pasado 31 de octubre en el puesto de la Guardia Civil de Sigüenza.
Prudencia y desconfiar
Para evitar casos como este, la Guardia Civil insiste en que se tenga cuidado con las visitas y llamadas de quienes dicen ser empleados de organismos públicos, inspectores de la compañía eléctrica, agua o el gas, miembros de servicios sociales, ONGs y similares, repartidores o instaladores autorizados, etc.
Además, se insta a que no se les facilite la entrada al interior de los domicilios y, menos aún, se les entregue dinero ni se les enseñe la libreta de ahorros, firmen ningún documento… Si acaso, se recuerda la conveniencia de comprobar la identidad de esa inesperada visita llamando al número oficial de la empresa.
«Ante cualquier sospecha, no dude en llamar al teléfono 062 de la Guardia Civil cuanto antes, tratando de dar toda la información posible al respecto del suceso», anima la Guardia Civil a cualquier persona en riesgo de pasar a tener la condición de víctima de este tipo de engaños y robos.