Ya desde por la mañana, se vivía la fiesta de San Juan en Sigüenza. Algunos barrios, los más madrugadores, antes, desde hace ya días. Y los arcos de las residencias de mayores, semanas.
A mediodía, los dos arcos centrales del Ayuntamiento, en la Plaza Mayor, ya estaban cubiertos con ramas de chopo y flores, y con una imagen del santo entre uno y otro. La vista, por diferente a la habitual, llamaba la atención. También los soportales olían a cantueso, o sanjuanera.
Con puntualidad seguntina, a las 18:30 horas del 23 de junio, volvían a sonar las sanjuaneras en el corazón de la ciudad. El jurado, que iba a entregar luego por la noche los premios a los tres mejores arcos del año 2023, iniciaba su recorrido. “La mañana de San Juan cómo te jaleabas, con el zapatito blanco y la media calada…” Así dice la tonada, subrayada siempre por la dulzaina y el tamboril de los gaiteros. Con pantalón negro y camisa blanca, iniciaban su camino por lo más granado de la ciudad, bajando por la calle del Cardenal Mendoza hasta su primer destino, el Arco de la Residencia Saturnino López Novoa.
Allí, Esperanza Juberías, su animosa terapeuta ocupacional, dio una cumplida explicación, micrófono en mano, de cómo lo habían concebido y construido el arco del 2023. En el centro, como en cada edición, estaba el cuadro de San Juan que “tiene cerca de 150 años”. Y, si el año pasado le dedicaron el arco a los pastores, este año lo han hecho “a las pastorcillas, que iban a llevar la comida al campo a los ganaderos, y que, entre tanto, hacían muchas otras cosas: devanaban la lana, tejían calcetines y otras prendas de abrigo con ellas y recolectaban lo que encontraban en el campo: setas o nueces, según la temporada, para surtir las despensas de las casas”. A su trabajo, como en cada edición, no le faltaba un detalle. La visita y la música del jurado, llenó de alegría el patio de entrada a la Residencia. Dos de las mayores, leyeron bellas poesías, que emocionaron al público.
Desde allí, y por la calle Alfonso VI, sin que la música parase un momento, la fiesta se trasladó a la Residencia La Alameda. Sus mayores también esperaban con mucha ilusión la visita del jurado. El arco, que este año incluía incluso una fuente, destacaba por su laboriosidad e ingenio. “Hemos construido un arco grande y otro pequeñito. Las flores y los banderines las han hecho los mayores, tenemos una hoguera y saquitos con las hierbas aromáticas, que sirven de ambientadores”, destacaba Daniel Santos, su terapeuta ocupacional. A Daniel se le veía emocionado. “A los mayores les gusta mucho esta fiesta, que es la más importante de la Residencia em todo el año”, señalaba. Cuando la música llegó a La Alameda, muchos se animaron a bailar. Y a algunos, se les escapaban las lágrimas, recordando. Se llevaron el segundo premio.
El barrio del Tinte también esperaba con ganas la Fiesta de San Juan. En 2023 ha caído en viernes, y por lo tanto, la elaboración del arco ha contado con aún más participación. Asun Villarreal compartía la limonada del barrio con el jurado, y con todos los que se acercaban. Construir el arco, es un trabajo en equipo. “Lo hacemos entre todos. Unos van a por el chopo, otros a por las sanjuaneras, y cuando lo tenemos todo, se roban las rosas”, contaba. El cuadro de San Juan en el centro del arco, siempre es el mismo “desde que tengo uso de razón”, informaba la seguntina. Asun se congratulaba de las últimas lluvias. “Menos mal que ha caído agua, porque, de otra manera, no hubiéramos tenido sanjuaneras. Tienen un olor especial este año”, terminaba. Así era. El Tinte olía, maravillosamente, a cantueso.
El Arco de los Herreros estaba lleno de juventud y alegría. Los Dulzaineros de La Pinocha se unieron a los de Sigüenza, tocando la sanjuanera, que fue bailada, con el mismo brío que tocada, por los danzantes del barrio, vestidos y vestidas de sanjuaneras. Una de ellas, Elisa Carrasco, comentaba que el arco de “está cargadito de rosas” en un año muy florido. Se llevaron el tercer premio del concurso.
El último arco que visitó el jurado, en la Plazuela del Doncel, fue el ganador del premio. Oscar Hernando, uno de los vecinos del barrio, explicaba cómo involucran a los niños. “Empezamos la noche de antes, congregados sobre las once de la noche, para ir a robar rosas, que es la tradición. Hoy, hemos quedado pronto para recoger el chopo, la retama y las sanjuaneras, mientras otros vecinos fabricaban la estructura del arco. Después de comer lo hemos empezado a montar”, contaba Oscar. Cada uno hizo lo que le es más propio, y entre todos, disfrutaron de esta bonita tradición, “que debe pasar de padres a hijos y perdurar”.
Los premios se entregaron en la Plaza Mayor de Sigüenza, a partir de las once de la noche. Además de los de los arcos, también se distinguieron los más bonitos rincones floridos de la ciudad. El tercer premio fue para Rita Rodríguez (calle Cruz Dorada, 13). El segundo para el balcón de la calle Cruz Dorada, 1, de Soledad Gil, y, la ganadora de este año ha sido Juana Bermejo, por su balcón de la calle Mayor, 12. La actuación de La Rondalla Seguntina y la hoguera de San Juan le ponían el broche de oro, a una noche siempre mágica.
La alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, encabezó la comitiva que iba a recorrer los arcos. “Celebramos una de las fiestas más bonitas de todo el año, la de los Arcos de San Juan, en la que se involucran todas las generaciones de seguntinos, desde los más mayores hasta los más pequeños. Se han presentado cinco arcos que han dado alegría a nuestras calles, junto a los dulzaineros. Esperamos que siga la tradición, y que podamos celebrar esta fiesta por muchos años más”, afirmaba ayer la alcaldesa.
Presidido por la concejala de festejos, Conchi Huelves, el jurado tuvo también representación, además de otros concejales del Ayuntamiento, de las asociaciones de Jubilados y Pensionistas, del Centro de Cultura Popular y Desarrollo de Adultos, de las Amas de Casa Seguntinas, y de ASEDIS, siendo su secretaria la concejala de Cultura, Ana Blasco.