Guadalajara ha llegado a tener en sus calles, de forma simultánea, pantallas en las paradas de autobuses que informaban del tiempo de espera vía GPS y de paneles informativos con datos sobre las plazas libres de aparcamiento en la ciudad. Ahora no tiene ni lo uno ni lo otro, entre el hastío de algunos pocos usuarios y la indiferencia de la mayoría.
Respecto a las pantallas que anticipaban la llegada de los autobuses (y que llegaron a contener publicidad de actos culturales y de marcas comerciales) no hay previsto en el horizonte municipal ningún arreglo a la vista. Parece ser que bastante tienen la empresa y el consistorio con intentar cuadrar el coste del contrato y las cláusulas de una eventual renovación. Otra cosa distinta es, o puede llegar ser, lo del puñado de paneles informativos repartidos por la capital alcarreña.
Viejos / nuevos relojes urbanos
Días pasados, LA CRÓNICA ponía sobre el tapete la cuestión y fueron muchos los que, en redes sociales, recibieron con alborozo la posible vuelta de los relojes callejeros, desaparecidos hace años. Los que hubo no volverán, pero sí que podrían sustituirse por un sucedáneo adaptado a los tiempos, más modernos.
Lo del uso reiterado del condicional es obligado: que todo se desarrolle como pretenden en la Plaza Mayor depende de la empresa que se encargó en su día de colocarlos. El concejal responsable, que es Israel Marco, de Ciudadanos, está convencido de que todo llegará a buen puerto y que, además, no le costará un céntimo a las arcas municipales.
Si el final es feliz, Guadalajara dispondrá de nuevo de paneles con información al minuto de los aparcamientos subterráneos disponibles, pero también de mucha más. Se pretende que esas pantallas orienten sobre la disponibilidad real de plazas libres en la zona azul (en las calles en las que todavía se mantengan, ahora que se están suprimiendo por decenas en el centro), así como de reloj y termómetro. Incluso valdrán o valdrían para la emisión de vídeos y de imágenes fijas. Para todo eso se está trabajando, según ha confirmado el edil a este diario. Cuando se terminen de construir los parkings disuasorios, como el que se levantará al lado de la Estación de Autobuses, se hará lo propio con el inventario de esas plazas, facilitando el recuento de las libres y ocupadas.
Como se intuye, todo lo anterior se quiere vincular a la Zona de Bajas Emisiones, cuya implantación no llegará hasta 2024 pero que, de un modo u otro, está marcando cómo será lo de circular por el casco antiguo de Guadalajara de aquí en adelante.
Reiterados fallos y falta de memoria
Marco reconoce que los paneles «han dado muchos fallos». Lo atribuye, esencialmente, a la tecnología que albergan, muy limitada. Por expresarlo gráficamente, hasta ahora se ha trabajado con poco más que un dispositivo que tiene una entrada USB y que se ha demostrado incapaz de comunicarse adecuadamente, por la falta de memoria. Los encargados de rectificar esos problemas están ya abordando la instalación, dentro de los paneles, de procesadores que merecen tal nombre y de routers que aseguren una comunicación fluida.
Sea como fuere, y aquí hay que recordar de nuevo el condicional, la primera comunicación con la empresa es de hace medio año y el nuevo servicio aún no está disponible. Aspiran en el Ayuntamiento a llegar a tiempo del 28 de mayo, límite de este mandato municipal. Pero puede que no lo consigan.