La Ertzaintza está buscando a un bebé, secuestrado este pasado miércoles en el Hospital de Basurto (Bilbao) por una mujer de mediana edad, de 1,60 metros de altura aproximada, complexión obesa y pelo rizado largo.
Según las primeras investigaciones, la autora de los hechos accedió al hospital sobre las nueve de la noche y, haciéndose pasar por personal sanitario, secuestró un bebé de la planta de Ginecología y huyó del lugar.
Posteriormente, ha sido vista con una camiseta de manga corta blanca, mallas ajustadas de dibujos geométricos estampados, zapatillas deportivas y un bolso negro pequeño, con forma de media luna, cruzado a modo de bandolera. Llevaba al bebé en sus brazos y también portaba una bolsa rectangular de tipo rafia.
Un cercano precedente, muy similar, en Guadalajara
Este caso recuerdo, y mucho, al sufrido hace años en el Hospital de Guadalajara, cuando una mujer pudo robar a un recién nacido sin grandes dificultades. Entonces, la actuación policial resolvió el caso en unas pocas horas.
Todo quedó resuelto con la detención de la sospechosa en un domicilio de Cabanillas del Campo, después de que fuera grabada por las cámaras de una farmacia de esa localidad mientras compraba leche maternizada, en febrero de 2019. En un primer momento, la detenida alegó ante los agentes que el bebé era suyo, a pesar de que los datos de la pulsera que portaba el neonato indicaban claramente lo contrario.
En el caso de Guadalajara, el bebé fue sacado de la sala donde se encontraba, alegando para ello ante los padres la necesidad de pasar una prueba médica. La falsa pediatra lo hizo ataviada con la consiguiente bata blanca, que ya no portaba la mujer de la fotografía, detectada junto a los ascensores, próximos a la salida del Hospital.
En julio de 2020, la Audiencia Provincial de Guadalajara condebana a cinco años y un día de prisión por un delito de detención ilegal agravado a esta mujer que, el 2 de febrero de 2019, secuestraba a un bebé recién nacido del Hospital de Guadalajara. El tribunal ha admitido el atenuante de reparación del daño, ya que lo entregó cuando la Policía Nacional fue a la casa que ocupaba en Cabanillas del Campo, aunque no fuera de forma voluntaria ni espontánea.
Según la sentencia, la condenada debía indemnizar a los progenitores con la cantidad de 1.000 euros en concepto de responsabilidad civil.