Ocho enmiendas a la totalidad han recibido el proyecto de Presupuestos Generales de España, siete grupos políticos han mostrado síntomas de no querer negociar y no querer hacer nada para evitar que el Gobierno de Sánchez se eche en brazos del populismo y del independentismo.
Hay dos formas de hacer oposición, o vivir instalado en el ‘no’, en estar en contra de todo, o apostar por construir. Trabajar por lograr inversiones y medidas que sirvan para ser un salvavidas para las clases medias.
Por eso, desde Cs pensamos que es mejor apostar por una oposición útil, porque es el momento de que el Gobierno elija qué camino quieren que sigan estos presupuestos: si el de la moderación y la vía de conseguir cosas buenas para los españoles, o el camino de separatista más radical y con privilegios sólo para los separatistas.
Esto no es un apoyo a las decisiones del Gobierno de Sánchez e Iglesias. Inés Arrimadas está tendiendo una mano firme y leal a España para lograr unos PGE que: no suban el IRPF a partir de 60.000 €, como ha dicho Podemos en alguna ocasión, y centenares de miles de familias no verán subir sus impuestos en medio de esta crisis, a cambio, de poner fin al ‘dieselazo’, y por supuesto, no se hablará de derogar la reforma laboral.
Es momento de no subir los impuestos a las familias que llevan a sus hijos a la escuela concertada, ni tampoco a la Sanidad, como quería el Gobierno.
Todo esto lo ha logrado ya Ciudadanos, este ha sido el primer paso para sentarnos a negociar, junto al freno de mano de la Ley Celaá. En vez de presentar la octava enmienda a la totalidad, Cs ha conseguido que no se toque el bolsillo a las clases medias. Otros gritan mucho, pero no consiguen nada.
Ahora es el momento de que el Gobierno de Sánchez pase la prueba del algodón, la mano de Cs estará tendida hasta el final. Afortunadamente, podemos decir que, al menos, en el Congreso de los Diputados hay 10 diputados leales a España.