La Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía ha recibido "con sorpresa e indignación" la propuesta de Lucas Jiménez, presidente del sindicato de regantes, que teme una ampliación de los caudales circulantes del Tajo y de la que dio amplia cobertura LA CRÓNICA días pasados.
Para los ribereños "es de ley respetar todas y cada una de las necesidades de la cuenca cedente, que son totalmente prioritarias sobre cualquier otra".
“Si quieren mantener el Trasvase, tendrán que respetarse en serio las necesidades de la cuenca cedente y estudiar cada solicitud en función primero de los aportes reales a los embalses y después de las auténticas necesidades de la cuenca demandante”, expone Francisco Pérez Torrecilla. “El nivel de los embalses debería estar siempre más cerca del cien por cien que del vacío absoluto, porque es agua que debe servir para regular el Tajo y las necesidades de sus ribereños, entre los que nos incluimos; no es la aljiba (sic) del SCRATS”.
Los ribereños se acogen así a lo que marca la ley y la Directiva Marco del Agua, que obliga a garantizar la supervivencia de la propia cuenca. “No es normal, como dice Lucas Jiménez, que un mes después de trasvasar sólo agua para boca (porque no era necesario trasvasar para regadío), se trasvasen automáticamente 38 Hm3; pero no es normal porque con un otoño excepcionalmente lluvioso en la Región de Murcia, no les hacía falta el agua y les ha llegado porque así lo obliga artificial, tramposa y obligatoriamente el Memorándum, una ley que pretende dar lecciones a la naturaleza”, lamenta Pérez Torrecilla.
“Si no quieren guerra, estupendo, porque nosotros tampoco; pero lo que nunca haremos es ponernos enfrente del Tajo, patrimonio de todos los españoles, del lado de los intereses privados de un entramado de empresas agroindustriales, como sí parece que hacen continuamente en la Región de Murcia”.
Para la asociación, es significativo que el estado más habitual de los embalses sea el de situación extraordinaria. “Eso es sobre lo que deberían reflexionar en el SCRATS y el Ministerio, porque irónicamente si se modificasen las reglas del Trasvase, tendrían garantizado el agua con menor volumen pero mayor constancia durante muchísimo tiempo, algo que combinado una mayor desalación permitiría la recuperación de nuestros embalses y la salud del Tajo”.
“En cuanto a la mención que hace el presidente del SCRATS de la tarifa que pagan por el trasvase, ya le hemos dicho en innumerables ocasiones que eso es miseria y que no la queremos, que se queden con sus migajas y nosotros nos quedamos con el agua”.