Fue un susto para muchos conductores, tanto los que circulaban por la A-2 como para los que lo hacían por la R-2, más cercana incluso a la gran instalación militar de Torrejón de Ardoz: una enorme columna de humo, denso y muy negro se elevaba al cielo a últimas horas del sábado, generando la natural alarma.
Afortunadamente no había motivo para la preocupación, aunque los sorprendidos por la escena no lo supieran. Se trataba de un simulacro, a cargo de los bomberos de la base aérea, una de las más grandes de Europa y que se utiliza tanto para vuelos civiles privados (y los del Gobierno) como también para el servicio de aviones contraincendios y parte de los F-18 de que dispone el Ejército del Aire español.
Quien resolvía el misterio era el 112 de la Comunidad de Madrid, aunque no antes de recibir decenas y decenas de llamadas de personas alarmadas.
La imagen del tuit de ese departamento, tomada a las diez de la noche, da buena idea de las dimensiones de la humareda.