Sólo uno de cada tres de los pisos que Quabit pensaba entregar el pasado año han llegado realmente a manos de sus propietarios. En consecuencia, la empresa del alcarreño Félix Abánades se «replanteará» de nuevo sus objetivos de entrega de vivienda. Los datos son reveladores: en el ejercicio 2019 entregó 157 pisos, lo que es apenas una tercera parte del total de 500 que tenía previsto entregar a sus clientes en el ejercicio. Los datos son de la propia Quabit, que cerró con pérdidas el pasado año.
La inmobiliaria controlada y presidida por Félix Abánades, si bien achaca estos retrasos a la entrada en vigor de la Ley Hipotecaria y la demora en la obtención de las licencias de primera ocupación, asegura haber detectado una «ralentización» en el ritmo de venta de viviendas.
A pesar de ello, la compañía en la que recientemente invirtió Carlos Slim considera que el mercado de vivienda nueva presenta «buenas perspectivas» en el medio y largo plazo, por factores demográficos, económicos y de empleo.
En cuanto a 2019, a pesar de no alcanzar el objetivo de entregas, elevó un 14% su facturación, dado que dio las llaves de unos chalets de Boadilla del Monte (Madrid), de forma que sumó 45,12 millones de euros.
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) fue de un importe negativo de 11,2 millones, si bien rebaja en un 56% el monto también negativo de un año antes.
Las cuentas de Quabit se ven también afectadas por mayores impuestos y gastos financieros, frente a las quitas de deuda que contabilizó un año antes. Todo ello lleva a la firma a cerrar con pérdidas de 9,1 millones, frente a la ganancia de 6,8 millones del año anterior.
En el plano operativo, al cierre del año tenía 4.158 viviendas en distinto grado de desarrollo, de las que 1.903 estaban en construcción. Su cartera de preventas suma 1.685 pisos por un valor de 334 millones.
La apuesta por las cooperativas para clientes «top»
Quabit asegura que ha sumado unos 4.000 contratos con su nueva filial de gestión de cooperativas Style Cooperativas, desde su lanzamiento en octubre y hasta cierre de la primera mitad de febrero. Con este nuevo negocio aspira a gestionar unas 500 viviendas en el plazo de tres años para clientes de poder adquisitivo medio o alto.
En el capítulo financiero, al cierre de 2019, la inmobiliaria presentaba una deuda de 299 millones de euros, importe equivalente al 48% del valor de los activos (‘loan to value’), frente al ratio del 38% de un año antes.