Va para ocho meses, ocho, desde que se demolió la conocida como «casa de los Solano» en la Calle Mayor de Guadalajara, en su esquina con la Plaza de Santo Domingo. Dicho en otras palabras: en el puro centro de la ciudad.
Tras la expectación llegó pronto la incertidumbre de muchos, ante la constancia de que la capital alcarreña iba a acumular otro solar y, esta vez, en el lugar más visible. Del mismo modo, rápidamente hubo quien, desde el Ayuntamiento intentó un ejercicio semántico para garantizar que eso que los vecinos veían no era un solar, sino un nuevo edificio. Han pasado ocho meses y el solar sigue ahí, sin mayores explicaciones oficiales.
Pérez Borda en julio de 2021
Como si se tratara de atajar las falacias de algún contubernio, quien salió a hacer declaraciones no fue el alcalde, sino su segundo, Rafael Pérez Borda. El concejal de Ciudadanos, responsable del urbanismo de la ciudad, se dejó fotografiar un 27 de julio de 2021 delante del edificio, aún en pie, para proclamar que «a pesar del desconcierto y el ruido que hayan querido generar algunos, la realidad es que tras el derribo del edificio hay un proyecto, y, por tanto, este no va a ser un solar más en el centro de Guadalajara». Más aún, insistía en que «este equipo de gobierno quiere reducir el número de solares en el centro; por ello, pusimos en marcha el mapa de solares, y convocatorias de subvenciones como la de los estudios arqueológicos».
El número 47 de la Calle Mayor estaba incluido en la relación de edificios recogidos en el Catálogo de Edificios de Interés Cultural del propio Ayuntamiento de Guadalajara. El concejal reconocía el pasado verano que el inmueble «se encontraba en situación de abandono», y «ahora los dueños se harán cargo tanto de la demolición como de la edificación, ya que este es un espacio privado».
Atasco burocrático en la Delegación de la Junta
Pese a los intentos de LA CRÓNICA en todo este tiempo para obtener una explicación oficial a tan dilatado período de excavación, nada se ha obtenido desde la Delegación de la Junta en Guadalajara, que es la responsable. Y mientras el promotor también calla y callan los técnicos privados que han sacado a la luz los restos que se ven las fotografías de esta información, en el Ayuntamiento se mantienen a la expectativa. Y callan.
«La nueva edificación deberá cumplir algunos requisitos como respetar la actual composición de la fachada, la altura establecida en la ordenanza del casco, así como mantener este esquema arquitectónico tradicional, para que sea compatible con el ambiente de la calle Mayor», insistía Pérez Borda en aquel lejano día del mes de julio ante los periodistas.
Las conjeturas expresadas por diversas fuentes consultadas hablan de un primer informe de la Junta que permitiría demoler el muro aparecido en uno de los laterales del solar. Se estaría a la espera de resolver qué preservar y cómo hacer con la parte del futuro sótano que linda con Santo Domingo, la misma que ya se sabía que sería la más conflictiva incluso antes de empezar a demoler, apareciesen allí o no restos de la antigua Puerta del Mercado, la misma que en siglos pasados se alzó en ese punto de la ciudad. De eso, como de tanto en Guadalajara, no queda más que el recuerdo.
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