Sobresalto importante el que se han llevado en las últimas horas muchos aficionados de Guadalajara, en España, al conocer las noticias de un mandato judicial que impide la celebración de corridas de toros en Guadalajara, la de Jalisco. Hasta comprobar la distancia geográfica, más de uno ha tenido que prestar más atención de lo habitual al cuerpo de la noticia.
En efecto, esta vez las restricciones a la tauromaquia se han quedado en México, país que ya tiene el distrito federal vetado a esta clase de festejos. A lo más que se ha llegado por ahora en la capital alcarreña es a alguna manifestación antitaurina de escaso seguimiento y a ver las evoluciones sobre el ruedo de dos activistas, en el inicio de la pasada feria de septiembre.
La plaza «Nuevo Progreso» de la Guadalajara jalisciense es el segundo coso más importante de aquella república norteamericana. La decisión judicial llega en las postrimerías de la temporada, puesto que sólo restaban la de este domingo, 26 de noviembre, y otra más para el 3 de diciembre. El primer afectado, además del público, ha sido el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, que tenía prevista su despedida en esta fecha, para la cual se habían vendido con antelación 13.000 localidades.
‘En un país de libertades, el respeto y tolerancia en estos tiempos es fundamental para la sana convivencia y libre desarrollo de nuestra personalidad; todas la ideas, expresiones de cultura y tradición deben ser respetadas por los diversos grupos que pueden o no compartir las mismas ideas entre sí’, ha expuesto la empresa Baillères, propietaria de la plaza en un comunicado.
La noticia desde el otro lado del Atlántico llega justo después de que se conociera que el nuevo ministro de Cultura de España es Ernest Urtasun, declaradamente antitaurino. Catalán como su antecesor, Miquel Iceta, la diferencia es que ha sido siempre mucho más beligerante que este.
Aunque las corridas de toros sean legales en Cataluña desde que así lo reconociera el Tribunal Constitucional en 2016, si no se celebran es por la reticencia de los empresarios del sector, como el bien conocido en Guadalajara Pedro Balañá, remisos a poner a prueba la reacción de algunos sectores de aquella sociedad, que identifican los toros con lo español.
Urtasun, nacido en Barcelona, fue uno de los firmantes de un manifiesto de protesta contra «una actividad injusta, sádica y despreciable, que no merece ser legal en el ordenamiento jurídico» según considera el ministro a los toros. Ese ministerio tiene establecido con carácter anual el Premio Nacional de Tauromaquia.
Durante su paso por el Parlamento Europeo, Ernest Urtasun intentó que la Política Agraria Común (PAC) dejara al margen a las ganaderías de bravo.
Guadalajara, ciudad taurina
Por el momento, desde el Ayuntamiento de Guadalajara las cosas no se ven de ese modo, sino del contrario. “Guadalajara es, sin duda, una ciudad taurina por excelencia, que conserva y difunde el arte y la cultura de la tauromaquia. El Ayuntamiento de Guadalajara apoya la tauromaquia como respeta la libertad y la diversidad cultural de las personas, pues no se puede imponer una visión única sobre lo que es ético o moral”. En estos términos se expresaba este sábado, 4 de octubre de 2023, el concejal Santiago López, remarcando el respaldo municipal a los toros en la capital alcarreña.