El juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama ha acordado prisión incondicional para el hombre detenido esta semana en Guadalajara por delito de terrorismo yihadista.
El magistrado le imputa un delito de autoadoctrinamiento, previsto en el artículo 575.2 del Código Penal.
La Policía Nacional desarticuló esta semana en una operación conjunta hispano-marroquí una red de apoyo al grupo terrorista Estado Islámico (DAESH) practicando una detención en Guadalajara y tres más en Marruecos.
Los arrestados están acusados de tener como objetivo la adquisición de diverso material destinado a la autocapacitación con fines terroristas.
Los investigadores pudieron averiguar que el arrestado en Guadalajara, un marroquí de 31 años, había organizando encuentros nocturnos en domicilios en Melilla y ciudades marroquíes cercanas a la frontera a las que asistían, además de los miembros del grupo, otros individuos con los que compartían su pensamiento radical.
El detenido en Guadalajara está considerado el "dinamizador de la célula". Mostraba una intensa actividad en redes sociales y grupos de mensajería orientada al mismo fin: el acceso, descarga y distribución de material multimedia con contenidos en favor de la organización terrorista DAESH.
"Los arrestados, que integraban una red de apoyo a DAESH, instrumentalizaban sus perfiles en redes sociales para llevar a cabo la divulgación mediática del ideario propagandístico de esta organización terrorista como el medio más directo para captar, adoctrinar y reclutar a nuevos adeptos", según informó la Policía.
MATERIAL VIOLENTO Y CONEXIÓN ONLINE
Entre el material que almacenaba y que posteriormente difundía se hallaban videos que ensalzaban a la organización, a sus líderes y mediante los que se incitaba al terrorismo yihadista con imágenes de violencia explícita de DAESH, así como manuales destinados a la autocapacitación para cometer atentados y tutoriales que facilitaban información detallada para elaborar artefactos explosivos con medios caseros.
Consciente de su actividad delictiva, y ante el temor a ser detenido, adoptaba numerosas medidas de seguridad en sus actividades y comunicaciones online como forma de protección, entre otras, utilizar aplicaciones de mensajerías instantáneas seguras, diferentes líneas de telefonía móvil o el uso de Internet a través de redes públicas.
La investigación puso de manifiesto que los miembros de esta red estaban conectados de forma online a través de sus redes sociales, donde de forma continuada y sostenida en el tiempo compartían material audiovisual de corte yihadista violento que posteriormente difundían a los miembros que formaban parte de su comunidad virtual.