Primera sesión en la Audiencia Provincial de Guadalajara del juicio contra el exalcalde de Fontanar, Víctor San Vidal, y cuatro personas más por malversación de dinero público y prevaricación. En esta jornada inicial, no han declarado los acusados y sí las dos denunciantes.
La fiscal jefe, Rocío Rojo, ha planteado en sus conclusiones provisionales para el antiguo alcalde una petición de pena de 10 años de cárcel mientras que el resto de los acusados, entre los que se encuentra el director del Centro de Formación y Vivero de Empresas, A.V.R.; la secretaria interventora del Ayuntamiento, A.M.C.C.; M.A.J.B., madre del jefe de Protección Civil; o su hijo y responsable de Protección Civil, M.C.J., oscilarían entre 2 años y medio y cinco años de prisión.
Estas peticiones de pena, no obstante, previsiblemente se verán modificadas a petición de la propia Fiscalía y en base a la reforma del Código Penal que afecta al concurso de los delitos de malversación y administración desleal.
El juicio es el colofón de un proceso iniciado por la denuncia de varias trabajadoras del Ayuntamiento, ante la sospecha de que el alcalde y varias personas más se pudieran estar quedando con dinero del Consistorio. Ese desvío de fondos vendría de los ingresos en metálico por conceptos como las fiestas, comidas o piscina, pero también sostienen que se lo quedaba el alcalde o repartía con otros en connivencia con la secretaria interventora; e incluso mediante los gastos que pasaba presentando facturas que no eran reales y simulando cursos de formación que no llegaron a impartirse. En estos cursos –uno de herrería y otro de albañilería– habría llegado a falsificar la firma de alumnos asistentes para facilitar el cobro de la subvención de la Diputación.
Primeras declaraciones
La primera en testificar ha sido una de las dos denunciantes, Marta R., administrativa y funcionaria del Ayuntamiento desde 2004, quien, junto con Eva C., presentaron en 2019 documentación para avalar su denuncia, al tener «claro» que tenían que hacerlo porque «no había otra manera de «parar la situación», según ha declarado la propia Marta R.
Así, tanto Marta como Eva han negado en su declaración que detrás de su denuncia hubiera algún tipo de motivación política. «En absoluto. Lo niego totalmente», ha apuntado Marta, declaraciones apostilladas posteriormente también por Eva C., quien ha remarcado que vieron que había «una serie de irregularidades el el tema contable» y que por ello decidieron que tenían que denunciar.
Estas respuestas han llegado a preguntas del Ministerio Fiscal y tenían su sentido, ya que la Defensa sostiene que estas denuncias se sustentan sólo en razones políticas. A este respecto, se ha recordado en la sala que Marta R. fue la número 7 en la lista de Unidas por Cabanillas. «Se me intenta vincular como que es cuestión política y yo he tenido alcaldes de todo tipo. La anterior alcaldesa –en Fontanar– era del PP. Nada más lejos de pensar eso», ni tampoco ningún interés en que fuera otra persona, en este caso, Erica (PSOE). «Me hubiera dado igual».
Y a preguntas sobre si por la fecha en la que decidió presentar la denuncia pudo influir el resultado de las elecciones, también lo ha negado, asegurando que lo hicieron coincidiendo con un día en que no tenían trabajo en el Ayuntamiento.
Según Marta, llegó un momento en el que decidió que «viendo lo que estaba viendo, no podía callar porque sería como ser cómplice» de lo que estaba pasando y no quería seguir observando sin hacer nada que el dinero que se recaudaba en el Ayuntamiento no coincidía con lo que entraba en la cuenta.
Según Marta, a raíz de observar esto, por su propia decisión se empezó a realizar una contabilidad paralela escondida para conocer lo que en realidad se estaba recaudando porque ya «sospechaba» que el dinero recaudado a los vecinos por el pago de fiestas, polideportivo o campamentos de verano, no coincidía con lo que entraba en el banco, con diferencias en momentos concretos de más de 5.000 euros. «Nuestra única manera de controlar era apuntándolo en un papel», ha declarado.
Así, según ha remarcado Marta en su declaración, el alcalde hacía determinados pagos con su dinero que luego se indexaba al Ayuntamiento y «continuamente traía facturas firmadas por él, de su puño y letra» donde ponía: «endosar a Víctor», algo que a su juicio no tenía necesidad porque el Consistorio tenía cuenta.
«Yo no veía motivo para tanto endoso en conceptos de bicis, informática o muchísimos alimentos», asegurando, además, que «casi nunca» presentaba justificante de pago, y llegando a cobrar también algún endoso de algún viaje que no realizó. Además, el propio alcalde, según la denunciante y testigo, le llegó a admitir, «riéndose», que uno de los cursos de formación solicitados no se había hecho «pero lo vamos a cobrar», le dijo.
«Él me decía ‘endósame esta factura’ y había cosas que podía parar y las paraba, pero con otras no podía hacer nada», ha remarcado, sospechando que el dinero que se estaba recaudando no se estaba ingresando en la cuenta del Ayuntamiento, llegando a decirle algo al propio alcalde. Hechos que, a su juicio, si bien la secretaria conocía, cree que «había sido engañada», no constándole que ella se quedara con ningún dinero.
En ningún momento Marta ha mostrado dudas de que aunque no había cadena de custodia en el dinero, el exalcalde lo cogía y se lo llevaba porque «se recaudaba y no se ingresaba». «Víctor es muy controlador», ha remarcado.
Una vista en la que Eva C., la otra denunciante y responsable de Recursos Humanos, así como de las contrataciones de nóminas, talleres y planes de empleo en el momento de los hechos, ha reafirmado su decisión de denunciar porque «vimos una serie de irregularidades en el tema contable».
Durante esta primera jornada han pasado por la sala, como testigos, otros trabajadores del Ayuntamiento.
El juicio continúa el miércoles con otra jornada que se prevé incluso más intensa. La de este martes se ha prolongado por más de seis horas y media.