Metidos en el otoño, con lluvias frecuentes y temperaturas aún suaves, quien no hace pereza ni muestra temor a posibles confinamientos son, según parece, las cuadrillas de recolectores ilegales de setas. Algunos no han faltado a la cita anual y ya tenemos en Guadalajara la primera incautación reseñable.
Son, según ha podido saber este diario, 200 kilos de níscalos que se habían recogido de modo irregular en Cogolludo. Como saben bien los seteros aficionados, en ese municipio rigen desde hace años medidas restrictivas que, como se comprueba, algunos se han pretendido saltar, aunque esta vez no haya sido impunemente.
La Guardia Civil ha identificado a tres personas como supuestos responsables, que han sido propuestos para sanción.
Los montes del norte de la provincia quedaron especialmente arrasados hace años, sobre en 2015, cuando las incautaciones podían superar la tonelada en algunas fechas.