En la Junta de Castilla-La Mancha hay «mucha preocupación» con lo que pueda ocurrir este verano en los pueblos de la región, a los que tradicionalmente acuden personas que residen fuera de la Comunidad Autónoma a pasar unos días de vacaciones con sus familias.
Así lo ha reconocido expresamente este lunes el vicepresidente del Gobierno regional, José Luis Martínez Guijarro, en rueda de prensa, al ser preguntado por el proceso de desescalada.
Martínez Guijarro considera que ese proceso se tiene que adaptar a la realidad de cada uno de los territorios pero también hay que hacerlo de manera coordinada, porque «las decisiones que se tomen en un territorio pueden afectar de una manera importante a territorios vecinos».
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Dicho esto, ha recordado que Castilla-La Mancha ha tenido especial afección en esta crisis por sus relaciones poblacionales con otras comunidades limítrofes.
Martínez Guijarro ha admitido que en el Gobierno regional están «muy preocupados» del efecto que puede tener ese proceso de desescalada porque «sabemos que decisiones que se tomen en regiones vecinas van a tener mucha influencia en nuestro territorio».
Especialmente están «muy preocupados» con lo que pueda ocurrir durante este verano en los pueblos de Castilla-La Mancha, a los que tradicionalmente van personas que residen fuera de la Comunidad Autónoma a pasar unos días de vacaciones con sus familias.
En muchas zonas importantes de la región –ha explicado el vicepresidente– el virus ha tenido una afección «muy escasa», y, además, son zonas donde la población es muy mayor, y donde la población de esos municipios se ve multiplicada durante los veranos.
Es por ello que ha pedido al Gobierno que tenga en cuenta todas estas circunstancias a la hora de diseñar el proceso de desescalada.