Hubo un tiempo, en la España de hace décadas, en el que tras una de tantas crisis económicas se generalizó la «compra» de puestos de trabajo. Se hacía bajo cuerda, pero con desvergüenza, convenciéndose el empresario de la idoneidad del candidato en razón de las pesetas que pudiera aportar para facilitar la contratación. Lo de ahora es diferente, puesto que el «argumento de convicción» lo facilita la Administración y el dinero lo ponemos, en consecuencia, entre todos.
En todo caso, los empresarios interesados tienen que darse prisa para aprovechar estas ayudas. Las solicitudes podrán presentarse hasta el 20 de septiembre y además se abre la puerta a una ayuda adicional de 6.000 euros, si estas primeras contrataciones cristalizan en indefinidas al terminar el periodo inicial.
Este martes, la consejera de Economía, Empresas y Empleo del Gobierno de Castilla-La Mancha, Patricia Franco, ha dado cuenta de la aprobación en Consejo de Gobierno de una partida de 8 millones de euros para reeditar el programa ‘Mi primer empleo’.
Se trata de una segunda edición, ahora con fondos propios tras una primera experiencia financiada con partidas europeas, que aspira a llegar a 650 jóvenes y con la cual las empresas regionales pueden optar a ayudas de al menos 10.000 euros para ofrecer a menores de 30 años su primer empleo.
En rueda de prensa, Franco ha dicho que la intención es «romper la barrera» que sufren muchos jóvenes de no ser contratados por no tener experiencia previa.
Las contrataciones tienen que ser de al menos un año y las ayudas irán desde 10.000 a 12.000 euros, si bien se podrán aumentar en un 40% en el caso de que los contratos se realicen en zonas afectadas por despoblación.
CAPTACIÓN DEL TALENTO
En su ámbito de actuación, Patricia Franco ha dado cuenta de otra medida aprobada por el Consejo de Gobierno de esta semana, como es la reedición del programa de captación del talento.
Una iniciativa que ya se puso en marcha en 2022 amparada en la Ley contra la Despoblación, y que llega con tres líneas, desde el fomento de la contratación hasta un bono de talento rural, pasando por el impulso al emprendedurismo.
La primera de las líneas contempla hasta 9.400 euros por contratación dependiendo de la intensidad de la despoblación; mientras que las ayudas para emprender en zonas rurales podría llegar a 4.200 euros en los casos más extremos.
El bono de talento rural, de su lado, servirá para pagar «gastos asociados» al traslado de trabajadores autónomos a zonas rurales, con la novedad de que el empadronamiento puede producirse después de solicitar la ayuda.