El consejero de Sanidad del Gobierno de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, ha informado de que por primera vez desde que arrancara la crisis sanitaria todos los hospitales de la región han registrado en las últimas 24 horas más altas que ingresos.
En rueda de prensa, Fernández Sanz ha aportado más datos optimistas, como que el número de extubados supera los 60, y ya van cuatro días «con un número muy estable de necesidad de respiradores», un dato «bueno» para la esperanza.
Otro buen dato «que hace pensar que el número de contagiados va disminuyendo» es que en urgencias se atiende a 187 personas menos que este viernes, y los ingresos desde urgencias también descienden.
El nivel de ingreso desde urgencias sigue cayendo y la tasa se coloca en el 32%, dato esgrimido por el consejero como positivo, ya que permite «más capacidad asistencial».
«Estos son datos que esperanzan mucho, pero no quiero triunfalismo, lo contrario, mucha preocupación. Si el dato se mantiene será importante y dará buena respuesta de la capacidad asistencial que viene dando la red de Castilla-La Mancha», ha agregado.
MÁS CAMAS, MISMOS RESPIRADORES
En otro orden de cosas, ha apuntado que hay más camas libres en la red castellanomanchega, un total de 700, que permiten dar capacidad de respuesta; a lo que Fernández Sanz ha sumado el número de respiradores libres en la red sanitaria, con un total de 33 en toda la Comunidad Autónoma, «gracias a las compras realizadas».
Sobre los respiradores requisados en Turquía, ha indicado que ya son tres semanas con este problema, y solo queda agradecer a los ministerios de Exteriores y de Sanidad su trabajo conjunto. «Excelente gestión. Solo queda pedir a las autoridades turcas que desbloqueen la situación. Que quede clara la intención de este Gobierno y la buena gestión de Exteriores y Sanidad. Tenemos esperanza».
En todo caso, después de tres semanas de trabajos para conseguir estos respiradores, la región ha buscado planes alternativos, y ya se han repartido medio centenar de respiradores adquiridos por otras vías.
Además se esperan más respiradores por parte del Ministerio, lo cual hace pensar que habrá unidades suficientes para seguir atendiendo la expansión del coronavirus con recursos propios.
En total son ya 110 respiradores repartidos durante esta crisis a todas sus gerencias sanitarias, a los que hay que sumar los 140 que ya existían y otros 120 más que había en quirófanos para un total de 390 unidades, donde hay que contemplar también las donaciones y algunos de ellos conseguidos tras ser reparados. De ese total, ocupados con pacientes hay 357.
100.000 TEST RÁPIDOS ADQUIRIDOS
Fernández Sanz también ha tenido palabras para referirse a los test rápidos comprados por la región, y tras realizar más de 4.200, «se ha permitido clasificar a todos los positivos».
Estos test solo se realizan a personas sospechosas de ser positivo, ya que «lo que determinan son los anticuerpos del organismo, que solo se generan cuando se tiene la enfermedad».
Así, tras realizar el test, en 10 minutos se cataloga como positivo, lo que agiliza las decisiones a tomar al respecto.
A los 60.000 comprados hay que sumar los 40.000 que este mismo sábado han llegado a Barcelona, tras lo que el consejero castellanomanchego ha aseverado que los pondrá a disposición de otras comunidades autónomas que pudieran requerirlos.
«Tenemos una relación abierta entre consejeros y compartimos todo lo que podemos compartir. Por eso es importante la experiencia», ha defendido Fernández Sanz.
ATENCIÓN PRIMARIA
El consejero castellanomanchego ha hecho referencia a la Atención Primaria de Castilla-La Mancha, que ha atenido a más de 35.000 llamadas buscando atención sanitaria más allá del coronavirus, lo cual está permitiendo liberar trabajo en los hospitales y en las urgencias.
A esto ha sumado un nuevo plan coordinado con Bienestar Social para articular una mejor atención a domicilio a aquellas personas que no pueden salir de manera ordinaria, como mayores o personas con discapacidad.
Así, se plantea un apoyo domiciliario específico para aquellas personas que teniendo síntomas no pueden ser hospitalizados, o personas que vuelven a su domicilio tras haber pasado por el hospital.